Recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de la baja masa ósea para la edad cronológica y la osteoporosis infantil en Atención Primaria
Resumen
Introducción:
La ausencia en nuestro medio de protocolos de manejo y de derivación de los pacientes de riesgo hace que exista una gran variabilidad en la actividad preventiva y en el manejo clínico respecto a la osteoporosis infantil en los pediatras de nuestro país.
Método:
Recientemente, el Grupo de Trabajo de Osteogénesis Imperfecta y Osteoporosis Infantil, de la Sociedad Española de Reumatología Pediátrica (SERPE) ha publicado un documento de consenso con recomendaciones sobre el diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis secundaria infantil. En este artículo, resumimos aquellas más relevantes en el ámbito de Atención Primaria. Un panel de expertos, compuesto por pediatras y reumatólogos, elaboró una serie de recomendaciones basadas en la evidencia tras realizar una revisión cualitativa de la literatura.
El nivel de evidencia se determinó para cada sección utilizando el sistema del Centro de Medicina basada en la Evidencia de Oxford (CEBM). Se realizó una encuesta Delphi para aquellas recomendaciones con un nivel de evidencia de IV o V. Se incluyeron todas las recomendaciones que tuvieron un nivel de concordancia superior o igual al 70%. Esta encuesta se envió a todos los miembros de la Sociedad Española de Reumatología Pediátrica.
Resultados:
Se obtuvieron 51 recomendaciones, categorizadas en ocho secciones. Las recomendaciones resultantes son: cuándo sospechar y cómo prevenir la osteoporosis infantil y la baja masa ósea según la edad cronológica; qué métodos de detección y diagnóstico utilizar; cuáles son los tratamientos actuales y cómo prevenir la osteoporosis inducida por los corticoesteroides.
Conclusión:
La detección precoz y un enfoque terapéutico adecuado de la baja masa mineral ósea desde Atención Primaria (AP) son fundamentales para mejorar la salud ósea de nuestra población infantil. Las recomendaciones expuestas pueden ayudar a tomar las medidas de prevención y tratamiento correctas en la población infantil de riesgo.
INTRODUCCIÓN
El crecimiento y la mineralización del esqueleto son procesos continuos que tienen lugar durante la infancia, pubertad y adolescencia. Durante el periodo de crecimiento, la masa ósea aumenta hasta alcanzar un valor máximo poco después de la pubertad. Durante esta época de la vida pueden producirse situaciones que condicionen la aparición temprana de osteoporosis en la edad adulta1,2. La osteoporosis se caracteriza por ser una enfermedad que afecta a la cantidad y la calidad del contenido óseo, que conduce a un incremento de la fragilidad del hueso y, consecuentemente, a un riesgo elevado de presentar fracturas3. Hoy en día, constituye un problema de salud pública, afectando en torno al 30% de mujeres y al 8% de hombres mayores de 50 años en Europa4.
En edad pediátrica es necesaria la presencia de fracturas por fragilidad para poder realizar el diagnóstico de osteoporosis. Actualmente, según la International Society for Clinical Densitometry5, se define la osteoporosis infantil (OPi) como:
- Presencia de una o más fracturas vertebrales en ausencia de enfermedad local o traumatismo de elevada energía.
- Z-score de densidad mineral ósea (DMO) o contenido mineral óseo (CMO) inferior a -2 (ajustado a la talla en caso de niños con talla inferior al percentil 3) asociado a una historia de fracturas clínicamente significativas, considerándose como tal:
- dos o más fracturas de huesos largos por debajo de los 10 años, o
- tres o más fracturas de huesos largos por debajo de los 19 años.
De esta forma, un niño que tenga z-score inferior a -2, pero que no haya presentado ninguna fractura clínicamente significativa, no tiene OPi, únicamente podremos decir que tiene una baja DMO para la edad cronológica.
La incidencia de baja masa ósea para la edad y la OPi están en aumento debido, entre otros factores, a una mayor supervivencia de los pacientes con patologías crónicas y al uso cada vez más extendido de fármacos nocivos para el hueso6. Por ello, es esencial detectar la población pediátrica de riesgo y optimizar la formación ósea durante su desarrollo; de ahí la importancia de establecer medidas preventivas y de diagnóstico precoz en todos los niveles de la atención pediátrica.
En 2017, el Grupo de Trabajo de Osteogénesis Imperfecta y Osteoporosis Infantil, de la Sociedad Española de Reumatología Pediátrica (SERPE), elaboró una encuesta de ámbito estatal para valorar la actividad preventiva, manejo clínico y formación respecto a la osteoporosis infantil en nuestro país7. Este estudio puso de manifiesto la variabilidad en la práctica clínica de los pediatras (tanto en Atención Primaria como en el ámbito hospitalario), así como la ausencia en nuestro medio de protocolos de manejo y derivación de los pacientes de riesgo. Por ello, se planteó la necesidad de elaborar una guía para favorecer la identificación y el abordaje de esta patología en edad infantil8.
Concepción Mir Perelló a, Berta Magallares López b, Belén Sevilla Pérez c, Rosa Bou Torrent d, M.ª Isabel González Fernández e, Mireia López Corbeto f, Jenaro Graña Gil g, Rocío Galindo Zavala h
aUnidad de Reumatología Pediátrica. Servicio de Pediatría. Hospital Universitari Son Espases. Palma de Mallorca. España.
bServicio de Reumatología. Hospital Santa Creu i Sant Pau. Barcelona. España.
cUGC Pediatría. Hospital Universitario San Cecilio . Granada. España.
dUnidad de Reumatología Pediátrica. Hospital Sant Joan de Déu. Esplugues de Llobregat. Barcelona. España.
eUnidad de Reumatología Pediátrica. Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Valencia. España.
fServicio de Reumatología. Hospital Vall d’Hebron. Barcelona. España.
gServicio de Reumatología. Complejo Hospitalario Universitario A Coruña. A Coruña. España.
hSección de Reumatología Pediátrica. UGC Pediatría. Hospital Regional Universitario de Málaga. Departamento de Pediatría y Farmacología. Facultad de Medicina. Universidad de Málaga. Málaga. España.
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