Un estudio retrospectivo demuestra que la adición de quimioterapia al tratamiento con lenvatinib e inmunoterapia mejora la eficacia, con efectos adversos tolerables.
Científicos de la Universidad de Shandong han determinado que la combinación formada por lenvatinib, un agente anti-PD-1 y quimioterapia administrada directamente en la arteria hepática, ofrece mayor beneficio que la terapia con lenvatinib y el anti-PD-1 en pacientes con carcinoma hepatocelular. La combinación se asoció a notables incrementos tanto de la supervivencia global como de la libre progresión, las cuales aumentaron un 43 y un 48%, respectivamente. Similarmente, las tasas de respuesta objetiva y de control de la enfermedad se vieron incrementadas un 53 y un 20%, respectivamente.
Shangkun Ning, codirector del estudio, afirma que éste ha sido realizado en pacientes de la práctica clínica habitual, que presentaban factores de riesgo, tales como invasión del ducto biliar, ocupación tumoral del 50% o superior o presencia de trombos en la vena portal. Aunque la terapia triple deterioró significativamente la función hepática, ésta pudo ser restablecida al nivel previo al tratamiento en la mayoría de los pacientes, mediante la aplicación de agentes hepatoprotectores, asegura el investigador. Ning prosigue indicando que la incidencia de efectos adversos de grados 3 o 4 también fue superior, si bien no se registró ninguna fatalidad en ninguno de los brazos de tratamiento. El científico señala que las directrices clínicas actuales en el carcinoma hepatocelular están parcialmente basadas en los resultados de ensayos que excluyeron a los pacientes de alto riesgo. Adicionalmente, estos pacientes obtienen poco beneficio de la terapia recomendada, basada en la combinación de atezolizumab y bevacizumab. Ello hace necesario examinar potenciales nuevas opciones de tratamiento para estos pacientes, concluye el investigador.