Revisión de la utilización de la prueba con lorazepam como evaluación diagnóstica de catatonía

Resumen

La catatonía es un síndrome neuropsiquiátrico que se presenta con una serie heterogénea de signos y síntomas psicomotores, afectivos, conductuales y autonómicos. Es una manifestación inespecífica de ciertos trastornos mentales, metabólicos, inmunológicos, endocrinológicos, infecciosos y neurológicos, y es fundamental establecer estrategias de diagnóstico precoz para implementar medidas terapéuticas eficaces y oportunas. El objetivo de esta revisión sistematizada es evaluar la utilidad de la prueba de lorazepam como estrategia diagnóstica en individuos con catatonía. Se utilizaron los buscadores Cochrane, Lilacs, Scielo, Pubmed y Scopus. Los artículos seleccionados son ensayos clínicos y cohortes prospectivos, en los cuales se analizó la forma de diagnóstico de catatonía, la utilización y protocolo de la prueba de lorazepam y las medidas de respuesta. La búsqueda inicial determinó 87 artículos; aplicando los criterios de inclusión y exclusión, se culminó en la elección de 8 artículos. La identificación de la catatonía presenta dificultades y su diagnóstico es variable, lo cual genera limitaciones en cuanto a intervenciones precoces. Existe una heterogeneidad de evaluaciones y de estrategias, pero la bibliografía es sugerente en cuanto a la utilización de lorazepam como evaluación confirmatoria y tratamiento inicial de la catatonía. La prueba de lorazepam forma parte de un protocolo de manejo, y puede ser un paso en la toma de decisiones para que individuos con catatonía reciban una intervención oportuna. Se concluye que la prueba de lorazepam es una técnica accesible y replicable, con resultados prometedores para su eventual implementación, pero se necesitan nuevos estudios que involucren su aplicación estandarizada.

Introducción

La catatonía es un síndrome neuropsiquiátrico que se caracteriza por la disregulación motora, que presenta una amplia gama de signos y síntomas psicomotores, afectivos, conductuales y autonómicos. Estos síntomas, que pueden variar desde el estupor hasta la agitación, se pueden clasificar en tres subtipos clínicos: hipocinética (poca o ninguna interacción con el entorno), hipercinética (actividad motora excesiva, que puede incluir agitación severa) y paracinética (movimientos extravagantes). Aunque clásicamente se ha asociado con la esquizofrenia, los cambios en la clasificación actual reconocen que la catatonía también puede presentarse en trastornos del estado de ánimo, solaparse con el delirium y estar asociada a diversas condiciones médicas. Estas definiciones se han establecido en la contemporaneidad, lo cual podría explicar que no contemos con estudios de prevalencia a nivel nacional.1, 2

El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, en su última edición (DSM5-TR),3, 4 establece el diagnóstico de catatonía al presentar tres o más de una lista de doce síntomas cardinales, en cualquier momento durante el curso de otro trastorno mental (en cuyo caso es un especificador), debido a otra condición médica, o como no especificado cuando no se puede determinar su causa, sin establecer una duración específica. La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) coloca principalmente el síndrome catatónico como subtipo dentro de la esquizofrenia, pero además plantea la categoría de catatonía de etiología orgánica dentro de los trastornos producidos por daño o disfunción encefálica, o causa médica.5 La catatonía no es una entidad distintiva, pero su reconocimiento y la búsqueda de su causa es sustancial, debido a la existencia de un tratamiento específico, sugerente de una fisiopatología común, que cuando se trata oportunamente tiende a una evolución favorable.6

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