Riesgos de desnutrición en ancianos con disfagia orofaríngea
RESUMEN
La población anciana es un grupo de riesgo de desnutrición, debido a múltiples factores (envejecimientos, problemas de deglución, demencias, pérdida de masa muscular…). La disfagia orofaríngea es una patología que no detectada a tiempo y con un tratamiento dietético incorrecto e incompleto produce altos niveles de desnutrición en los ancianos. En la gran mayoría de las situaciones la disfagia aparece debido a otra patología como por ejemplo un accidente cerebro vascular (ACV). La disfagia orofaríngea, es la dificultad en la deglución a nivel cervical, generando atragantamientos. Es importante valorar el grado de disfagia del anciano y valorar su estado nutricional. Para el estudio de la disfagia existen diferentes métodos: la videofluoroscopia, el cribaje de Daniels y el método de exploración clínica volumen – viscosidad (MECVV). Para la valoración nutricional se emplean valores antropométricos, datos de la historia clínica, valores bioquímicos y el Mini Nutritional Assessment (MNA).
INTRODUCCIÓN
Actualmente la población española es una población envejecida, según los estudios estadísticos realizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), ya que el 17% de la población española tiene más de 65 años. Esto se debe a los cambios demográficos que ha sufrido la población; ha aumentado la esperanza de vida (81 años para los hombres y 87 años para las mujeres) y ha disminuido la natalidad. La población anciana se considera un grupo de riesgo elevado. La organización mundial de la salud (OMS) en el estudio que realizó de nutrición en el envejecimiento, señalo que la población anciana es un grupo nutricionalmente vulnerable debido a los cambios anatómicos y fisiológicos. Se estima que el 35-40% de los ancianos presenta algún tipo de alteración nutricional como malnutrición calórica-proteica, déficit selectivo de vitaminas y/o micronutrientes. La desnutrición se asocia con una mayor incidencia de infección, el agravamiento de patologías crónicas, retraso en la cicatrización de úlceras de presión o cicatrices y alargamiento de periodos de hospitalización.
DISFAGIA OROFARÍNGEA
La disfagia es un trastorno de la deglución que se debe tanto a problemas estructurales como anatómicos. Los problemas estructurales afectan a la anatomía de la deglución y obstaculizan el paso del bolo alimenticio mientras que los problemas funcionales (siendo estos los más frecuentes) se deben a alteraciones en la propulsión del bolo o a un enlentecimiento de los reflejos orofaríngeos imprescindibles para la deglución. En un trabajo europeo realizado por Ekberg et al.; se encontró que la prevalencia de disfagia oscilaba entre el 3% y el 50%, siendo en ancianos institucionalizados entre un 56% y un 78% en función de la severidad considerada. Estos datos nos reflejan que la disfagia está escasamente reconocida, pobremente diagnosticada y atendida.
La prevalencia de disfagia en la población anciana es muy elevada y varía según la patología subyacente. Se estima que la prevalencia en ancianos institucionalizados es del 65%. El 55% de los sujetos que han sufrido un accidente cerebro vascular (ACV) padecen disfagia, en demencias es del 84% (en la enfermedad de Parkinson la prevalencia es de un 52%) y en los pacientes con procesos neoplásicos de cabeza y cuello la prevalencia se sitúa en un 50%.
La disfagia puede tener consecuencias graves sobre el estado de salud y puede causar deshidratación, pérdida de peso involuntaria, malnutrición, infecciones o neumonías y fiebre sin causa aparente. A continuación se van a detallar las recomendaciones generales para personas que sufren disfagia:
- No usar jeringa ya que puede dar lugar a broncoaspiraciones.
- Mantener la máxima higiene
- Evitar alimentos peligrosos o de riesgo: grumos, pieles, espinas, dobles texturas (sopas…), alimentos pegajosos y alimentos resbaladizos.
- Adoptar una postura adecuada. Evitar que el paciente gire la cabeza si le dan de comer.
- Situarse al mismo nivel para evitar que levante la cabeza.
- Antes tragar, inclinar ligeramente la cabeza hacia delante.
- Comer lentamente.
- Evitar acostar a la persona inmediatamente después de las comidas.
- La comida se debe proporcionar en un ambiente adecuado, tranquilo.
- Los platos deben tener la temperatura adecuada y una presentación cuidada.
Destacar que existen diferentes tipos de disfagia, que pueden clasificarse en disfagia orofaríngea, que está relacionada con el acto de tragar, presentando una prevalencia del 80% mientras que la disfagia esofágica se relaciona con el acto del deslizamiento del bolo o líquido por el esófago presentando una prevalencia de 20%.
La disfagia orofaríngea, es la dificultad en la deglución a nivel cervical, inmediatamente después de la toma del alimento; puede ser manifestación de multitud de patologías, siendo más frecuentes las funcionales que las orgánicas. Para el despistaje de la disfagia, el método ideal debería ser sencillo, eficaz, coste – efectivo, seguro y que permita identificar a los pacientes en riesgo. Para una identificación temprana lo más importante es la observación directa por lo que se debe prestar atención a los siguientes signos:
- Aumento del tiempo necesario para la ingesta
- Dificultad en el manejo de las secreciones
- Tiempo de masticación o preparación oral prolongado
- Retención de alimento en la cavidad oral
- Tos (antes, entre o después de la deglución)
- Voz húmeda
- Atragantamientos
La aparición de alguno de estos síntomas, de forma frecuente, debe llevarnos a iniciar el estudio de disfagia y el análisis de las modificaciones que se puedan emplear para mejorar la deglución y alimentación del paciente.
Sonia Allué Gracia. Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería. Graduada Universitaria en Nutrición Humana y Dietética. TCAE en Hospital San Jorge de Huesca. España.
Virginia Piraces Buisac. Diplomada Universitaria en Enfermería. Enfermera San Jorge Hospital de Huesca. España.
Andrea Tresaco Calvo. Diplomada Universitaria en Enfermería. Enfermera San Jorge Hospital de Huesca. España.
Noelia Salinas San Juan. Diplomada Universitaria en Enfermería. Enfermera en Hospital Sagrado Corazón de Jesús de Huesca. España.
Loreto Ibor Serrano. Graduada Universitaria en Enfermería. Enfermera en Hospital San Jorge de Huesca. España.
María Jesús Peralta Buisán. Diplomada Universitaria en Enfermería. Enfermera en Hospital Sagrado Corazón de Jesús de Huesca. España.
Para descargar la investigación completa haga clik a continuación: