Rifabutina: terapia de rescate eficaz para la infección por Helicobacter pylori, revisión de la literatura actual
- netmd
- 14 de julio de 2022
- Medicina General e Interna
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Resumen
La infección por Helicobacter pylori se asocia con enfermedades gastroduodenales como gastritis crónica, úlcera péptica y adenocarcinoma gástrico. Actualmente se dispone de diferentes esquemas terapéuticos, sin embargo, el uso indiscriminado de antibióticos generó resistencia en este agente, razón para estudiar alternativas y reevaluar los criterios que determinan la selección de un esquema en específico. El objetivo de esta revisión fue describir los principios generales de tratamiento de acuerdo a guías de referencia y recomendaciones de autores independientes, y exponer el uso de la rifabutina como alternativa terapéutica. En la búsqueda bibliográfica se usaron los términos “Helicobacter pylori” AND “rifabutin”, en las bases de datos PubMed, SciELO y el motor de búsqueda Google Scholar®. La evidencia actual sugiere que el uso de rifabutina como terapia de rescate es apropiado y seguro, y sería la alternativa ideal en casos de multirresistencia o difícil acceso a pruebas de susceptibilidad antibiótica.
Introducción
Helicobacter pylori es una bacteria gramnegativa, móvil, microaerofílica y de morfología espiral, asociada con múltiples enfermedades gastroduodenales como gastritis crónica, enfermedad ulcerosa péptica, adenocarcinoma gástrico (AG) y linfoma de tejido linfoide asociado a mucosas (MALT = Mucosa-Associated Lymphoid Tissue, por sus siglas en inglés)1. Este agente tiene la capacidad de colonizar la mucosa gástrica y, en ocasiones, el epitelio mucoso esofágico o duodenal2,3.En la mayoría de los casos, el tejido colonizado presentará un infiltrado inflamatorio de tipo linfocítico, plasmocitario y polimorfonuclear en forma de banda, ubicado sobre la superficie de la mucosa gástrica en cuellos glandulares y foveolas4. Pese a este hallazgo, no todos los individuos desarrollarán sintomatología o enfermedades asociadas; se estima que solo el 20% de ellos padecerá alguna afección gastroduodenal. Entre el 80 y 90% de los infectados permanecerán asintomáticos; siendo en estos el hallazgo histopatológico más frecuente la gastritis crónica5. Estas cifras resultan alarmantes, ya que se estima que la prevalencia mundial de esta infección se encuentra entre 44-49%, siendo mayor en los países en vía de desarrollo. Para Latinoamérica y el Caribe, se estima una prevalencia aproximada de 60-63%6. La elevada prevalencia de la infección en lugares donde las condiciones higiénicas y de salubridad no son adecuadas, se debe a las vías de transmisión que posiblemente utiliza esta bacteria: oral-oral y oral-fecal. Esta última se divide en dos: directa, a través del contacto estrecho con una persona infectada que mantenga hábitos subóptimos de higiene personal; e indirecta, a través de agua o alimentos contaminados7. Se cree que la vía oral-oral contribuye más que la oral-fecal, a razón de que es poco probable que H. pylori sobreviva el tránsito a lo largo del tracto gastrointestinal inferior en personas sanas8. Probablemente un reservorio para esta bacteria sea el agua contaminada9.La evidencia sugiere que esta infección se adquiere casi en la totalidad de los casos durante los primeros años de vida, tras lo cual se desarrolla una infección persistente; probablemente la relación positiva entre la edad y la prevalencia de la enfermedad es una consecuencia de esto10.La respuesta inmunológica frente a H. pylori aún es objeto de estudio. Sin embargo, se reconoce que el paso inicial es la interacción entre las proteínas secretadas por la bacteria y las células epiteliales de la mucosa gástrica. Estas últimas actúan liberando IL-8, lo que promueve el reclutamiento de neutrófilos. Proteínas como CagA y VacA alteran la morfología y funcionalidad del epitelio gástrico, e inducen aumento de la permeabilidad celular, lo que permite que sustancias como la ureasa penetren al epitelio. Al ser estos antígenos reconocidos por los macrófagos, se induce la producción del IFN-γ, el cual se encuentra regulado de forma positiva, al igual que la IL-12. Sin embargo, la IL-10 y la IL-4 se encuentran reguladas negativamente, por lo que se favorecerá una respuesta inflamatoria de tipo Th-111.El modelo propuesto por Pelayo Correa en 1988 —conocido como cascada de Correa— brinda la explicación más aceptada sobre la patogénesis del AG12(Figura 1). El modelo sugiere que la gastritis superficial es la lesión que precede a las demás; la aparición de esta y su evolución a AG se da por la interacción de factores endógenos y exógenos del hospedero. Los factores genéticos propios predisponen a parte de la población, mientras que factores ambientales aceleran o desaceleran la progresión de la carcinogénesis. Entre los factores exógenos se encuentra la infección por H. pylori (especialmente las cepas de genotipos cagA+, vacAs1y babA2+)13, la alta ingesta de sal, el consumo de alcohol, la exposición a nitrosaminas y nitrosamidas, y el tabaquismo, mientras que en los endógenos están la susceptibilidad genética y mutaciones en genes asociados al desarrollo de AG, en algunos casos heredadas14. Estudios epidemiológicos muestran que las poblaciones infectadas con H. pylori tienen un riesgo seis veces mayor de padecer AG en comparación con población no infectada15. La etiología del AG en la mayoría de los casos se atribuye a la infección por esta bacteria, debido a su asociación con lesiones preneoplásicas como displasia, atrofia gástrica y metaplasia intestinal16. Esta enfermedad se ha utilizado como modelo para explicar la relación entre fenómenos inflamatorios y oncogénicos.
Isaac Santiago Arango-Gil *Alonso Martínez **Julián Echeverry Chica ***Tania Liseth Pérez-Cala ****
* Estudiante de medicina. Miembro del grupo de investigación Bacterias & Cáncer. Facultad de Medicina. Universidad de Antioquia. Medellín. Colombia.
** Biólogo. Magíster en Ciencias Básicas Biomédicas. Doctor en Genética Clínica del Cáncer. Líder grupo Bacterias & Cáncer. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. Medellín. Colombia.
*** Microbiólogo y Bioanalista. Magíster en Microbiología y Bioanálisis. Microbiólogo. Laboratorio Clínico Hematológico. Medellín. Colombia.
**** Bacterióloga. Magíster en Ciencias Básicas Biomédicas. Investigadora grupo Bacterias & Cáncer. Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia. Medellín. Colombia
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