Salud cardiovascular y renal en la mujer: la preeclampsia como marcador de riesgo

RESUMEN

Antecedentes

La enfermedad cardiovascular (ECV) y renal en la mujer presentan factores de riesgo propios relacionados con el estatus hormonal y los antecedentes obstétricos que deben tenerse en cuenta. Las complicaciones del embarazo, como la preeclampsia (PE), pueden revelar predisposiciones subclínicas a padecer enfermedades futuras que ayuden a identificar a aquellas mujeres que puedan beneficiarse de nuevas oportunidades para la prevención de la ECV y la enfermedad renal crónica.

Materiales y métodos

Revisión sobre la PE y su asociación con el desarrollo de ECV y renal futuras.

Resultados

Múltiples estudios han establecido una asociación entre PE y el desarrollo de cardiopatía isquémica, hipertensión crónica, enfermedad vascular periférica, accidente cerebrovascular y enfermedad renal. No se ha aclarado suficientemente si esta relación es de causalidad o está mediada por la presencia de factores de riesgo comunes. Sin embargo, la demostración de fenómenos de disfunción endotelial y microangiopatía trombótica en los embarazos que cursan con PE hace suponer que esta puede dejar una impronta a largo plazo. La identificación precoz de las mujeres que han padecido un embarazo complicado con PE es una ventana de oportunidad para mejorar la salud de la mujer, mediante su seguimiento y la adopción de medidas preventivas adecuadas. Los marcadores bioquímicos de daño oxidativo y la ecografía vascular pueden desempeñar un papel clave en la identificación precoz de este daño arterial.

Conclusiones

La implantación de estrategias preventivas multidisciplinares y específicas puede ayudar a frenar la historia natural de la ECV y renal en las mujeres de riesgo, a través de la modificación de su estilo de vida y del adecuado control de la tensión arterial. Para ello, proponemos una serie de recomendaciones para guiar el estudio de la predicción y prevención de la ECV tras la PE a lo largo de la vida de la mujer.

Introducción: situación actual de la salud cardiovascular en la mujer

La enfermedad cardiovascular (ECV) es la primera causa de muerte en la mujer, llegando a una mortalidad del 49% en Europa, 16 veces mayor que la del cáncer de mama (3%)1. Esto genera una gran carga económica y social, así como notables consecuencias físicas y psíquicas para las mujeres y sus familias. Aunque el 80% de los eventos por ECV se pueden prevenir, se estima que está aumentando la tasa de mortalidad en las mujeres, especialmente en edades jóvenes2. A pesar de ello, la importancia de la ECV en la mujer está infraestimada por una falta de concienciación social, debido a la percepción errónea de que está protegida contra la misma. En consecuencia, los recursos preventivos de la ECV en la mujer no se priorizan lo suficiente.

Hay varias razones subyacentes:

  • 1) Tradicionalmente, las mujeres han sido excluidas de los ensayos clínicos, suponiendo de forma errónea que los factores de riesgo cardiovascular (RCV) y las recomendaciones deben ser similares para hombres y mujeres3.
  • 2) La estratificación del RCV es inadecuada. La mayoría de las mujeres menores de 60 años se clasifican en la categoría de riesgo bajo para ECV, incluso en presencia de alta carga de factores de RCV4.
  • 3) El riesgo de ECV en las mujeres está influido por factores específicos como la menopausia precoz o el antecedente de complicaciones del embarazo como la preeclampsia (PE), la diabetes gestacional o el parto pretérmino. Estos factores no se incluyen en la evaluación tradicional de RCV5.
  • 4) Las manifestaciones clínicas de la ECV en hombres y mujeres muestran diferencias que conducen a que la enfermedad y su gravedad sean poco reconocidas en la mujer.

Los síntomas de ECV en las mujeres son a menudo más complejos y multifactoriales que en los hombres6, lo que, junto con la falta de educación, conduce a que la mujer consulte en etapas más avanzadas. En resumen, todas estas observaciones destacan la necesidad de un enfoque orientado a la mujer, incluyendo factores de riesgo y programas de intervención específicos. En esta revisión, destacamos el momento del embarazo, y especialmente el desarrollo de PE, como marcador de la salud cardiovascular.

Cecilia Villalaín Gonzáleza,b,c, Ignacio Herraiz Garcíaa,b,c, Leticia Fernández-Frierad,e,f, Gema Ruiz-Hurtadob,f, Enrique Moralesb,g, Jorge Solísb,f,h, Alberto Galindoa,b,c

a Unidad de Medicina Fetal, Servicio de Obstetricia y Ginecología, Departamento de Salud Pública y Materno-Infantil, Hospital Universitario 12 de Octubre, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España

b Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre (imas12), Madrid, España

c Primary Care Interventions to Prevent Maternal and Child Chronic Diseases of Perinatal and Developmental Origin (RICORS network), RD21/0012/0024, Instituto de Salud Carlos III, Madrid, España

d Hospital Universitario HM Montepríncipe-CIEC; , Madrid, España

e Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Madrid, España

f Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid, España

g Servicio de Nefrología, Departamento de Medicina, Hospital Universitario 12 de Octubre, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España

h Servicio de Cardiología, Hospital Universitario 12 de Octubre, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España

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