Sarcopenia, una nueva enfermedad

Sarcopenia, una nueva enfermedad

Resumen

La sarcopenia es una enfermedad progresiva que implica la pérdida de masa muscular con disminución de la fuerza y alteración del rendimiento físico. Reconocer esta patología es importante porque se relaciona directamente con el mayor riesgo de caídas y fracturas, afectando la autonomía y aumentando la mortalidad de quienes la padecen.
Sin embargo, aun hoy existen controversias en cuanto a los criterios que deben utilizarse para llegar a su diagnóstico. Por lo que conocer los diferentes consensos y herramientas clínicas disponibles es fundamental para poder diagnosticar, prevenir y tratar esta patología adecuadamente y de esta manera disminuir sus complicaciones y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.

INTRODUCCIÓN

El desarrollo de nuevas tecnologías y el enriquecimiento continuo de los conocimientos en las últimas décadas ha llevado a un aumento impensado de la esperanza de vida en todo el mundo. En Argentina, se proyecta que para el año 2050, un 20% (1) de la población tendrá 65 años o más. La pérdida de masa muscular es considerada un fenómeno natural del envejecimiento. En 1989, Irwin Rosenberg propone el término sarcopenia, del griego sarx (carne) y penia (pérdida), para referirse a la disminución de la masa muscular que sufren (2) los ancianos. Posteriormente, se evidenció no solo la importancia de la cantidad de músculo, sino también de su (3) calidad, para la adecuada función muscular. Sin embargo, recién en el año 2016 se reconoció a la sarcopenia como una (4) enfermedad con un código de diagnóstico ICD-10-MC. En los últimos 15 años fueron publicados diferentes criterios para realizar un correcto diagnóstico, pero aún no hay un consenso entre los diferentes grupos científicos. Por lo tanto, los objetivos de esta revisión son actualizar el concepto de sarcopenia, su fisiopatología, las herramientas clínicas que podemos utilizar para su diagnóstico, las medidas de prevención y tratamiento disponibles.

DISCUSIÓN

Fisiopatología

A lo largo de la vida adulta, todas las funciones fisiológicas comienzan a declinar gradualmente. A nivel endócrino, esto se ve reflejado por una alteración en los patrones de secreción hormonal, particularmente la disminución de la síntesis de (5,6) varias hormonas anabólicas, entre ellas, testosterona, (7,8) (9) estrógenos, hormona del crecimiento (GH) y factor de (10) crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1). En la figura 1 se resumen los múltiples factores que afectan a la unidad músculo-hueso y favorecen el desarrollo de la sarcopenia.

A nivel muscular, las concentraciones bajas de testosterona, en hombres, se asocian con una disminución de la masa magra, de la fuerza muscular y de la síntesis fraccionada de proteínas (5,6) musculares . Por su parte, la disminución de los estrógenos favorece el estrés oxidativo en las fibras musculares, lo que perturba la estructura y función de la miosina provocando la (7,8) disminución de la fuerza muscular. Asimismo, el descenso de IGF-1, con la edad, se vio implicada en la denervación de las fibras musculares rápidas (tipo 2) con reinervación con axones de fibras lentas (tipo 1) y el aumento de la proteólisis muscular. Esta reducción en el número y el tamaño de las fibras de tipo 2, contribuye a la atrofia muscular y posteriormente, a la reducción (10) de la fuerza muscular. El músculo no sólo forma parte del sistema locomotor sino que también produce y libera citoquinas y otros péptidos, recientemente llamadas “mioquinas”, las cuales ejercen efectos (11) autocrinos, paracrinos y/o endocrinos en todo el organismo. En la sarcopenia, el exceso o déficit de estas moléculas, produce un estado pro-inflamatorio crónico en ausencia de infecciones y (12) constituye un mayor riesgo de morbimortalidad. Las vías metabólicas también se ven afectadas por la edad, se produce aumento de la resistencia a la insulina junto con disminución de la sensibilidad a la leptina lo que lleva a disminución del uso de glucosa y ácidos grasos a nivel del músculo. Estas condiciones empeoran en individuos con obesidad. El aumento de la grasa muscular intracelular impacta en el recambio de proteínas musculares y en la función contráctil, debido a alteraciones (13) estructurales y funcionales. Por último, otro factor muy importante en la sarcopenia es la falta de actividad física que provoca aumento de IL-6, con el consecuente aumento de marcadores inflamatorios y falta de eliminación de células (14) dañadas; además la falta de entrenamiento de fuerza, disminuye la expresión local de IGF-I generando una (15) disminución en la fuerza y atrofia muscula

LERENA VS, DANILOWICZ K, LUCAS SP, DÍAZ AG

División Endocrinología, Hospital de Clínicas José de San Martín-UBA, Buenos Aires, Argentina

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https://raem.org.ar/docs/raem-61-2-54-62.pdf