Satisfacción en el adulto mayor y dolor crónico

En cuanto a la farmacocinética, los AINES son bien absorbidos aunque no se sabe si algunos cambios en la farmacocinética se traducen en más efectos adversos.

El paracetamol es considerado el fármaco de primera elección en el dolor leve a moderado en el anciano por ser relativamente seguro. Es de primera elección para el inicio del tratamiento y mantenimiento del dolor crónico, especialmente en el dolor músculo- esquelético por su eficacia y seguridad. Es utilizado como analgésico y coanalgésico, lo que significa que potencia el efecto de los opioides y permite moderar su efecto.

En nuestros pacientes el avanzar a un escalón superior debe realizarse cuando la valoración del perjuicio a nivel motor y cognitivo sea mínima o se considere forzosamente necesaria para atajar el sufrimiento. Por ello es de vital importancia que en un paciente gerontológico con dolor somático, el asociar  al tratamiento analgésico y antinflamatorio de prevalencia, un tratamiento no farmacológico para  potenciar de forma sinérgica el efecto del primero.

  • Tratamiento no farmacológico

El objetivo principal en el abordaje de este tipo de tratamiento, tiene relevancia principalmente en educar al paciente en sus cuidados  y hacerle partícipe de las decisiones terapéuticas no farmacológicas, fomentando a largo plazo su bienestar y calidad de vida. El ejercicio y las técnicas de protección osteoarticular se deben incluir en su vida diaria. Modificar hábitos alimenticios si es necesario como la reducción del peso en pacientes obesos, corrección de déficits de minerales y otros parámetros bioquímicos en su alimentación diaria para una vida más saludable. En el anciano, la práctica de actividad física regular se asocia a una disminución del riesgo de mortalidad, enfermedades crónicas, depresión, institucionalización, deterioro cognitivo y funcional. La depresión está incluida por muchos autores como indicador de la fragilidad. El fenotipo de fragilidad descrito por Fried (pérdida de peso no intencionada, debilidad, disminución de actividad física, cansancio, lentitud) puede ser  típico de un cuadro depresivo del anciano. Además también comparten bases etiopatogenias inflamatorias-inmunológicas.

En la planificación de cuidados realizada por el profesional, éste debe involucrar también en los cuidados diarios, a toda la familia que convive con el paciente.

Actualmente, diferentes revisiones científicas aconsejan los ejercicios con resistencia progresiva para fortalecer la fuerza muscular y el entrenamiento físico demostrándose sus beneficios. El ejercicio diario y las técnicas de relajación y respiración contribuyen a disminuir la ansiedad que se pueda desencadenar. Diferentes estudios aconsejan una técnica simple como el uso de la temperatura, ya sea frío o calor en dolores localizados (el frío se utiliza para evitar que se liberen productos desde el sitio de la lesión y el calor para estimular la producción de opioides endógenos).

ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SALUDABLE

En la actualidad es evidente ver como cada día hay más personas mayores que pese a su edad y patologías luchan por mantenerse cada día más activas, con el objetivo de dar a sus años mayor calidad de vida y bienestar. La combinación de una buena predisposición para la aceptación del dolor y una modificación en la percepción de toda la carga negativa que implica, son factores claves para prevenir la tristeza, depresión, ansiedad y aislamiento del adulto mayor.

Especialmente ello induce a que no se den conductas de evitación que resultan incapacitantes para que el paciente no se sienta limitado en el momento de establecer sus objetivos. Se deben cuidar todos los aspectos, de manera especial la autoestima de estas personas mayores, a través de actitudes y habilidades que preserven su dignidad. Fomentar el sentimiento de “ser útiles”  logrando que sea más satisfactoria esta etapa de la vida.

Los ancianos en los que fijamos nuestra atención han recuperado una vieja afición, poseen un entorno adaptado a sus limitaciones, favorecen su expresividad a través de charlas de interés temático, de la lectura, escritura, grupos de autoayuda que participan en actividades culturales, y sobre todo cuentan con el apoyo incondicional de familiares y amigos para educar, difundir y crear ámbitos propicios para una percepción favorable de su entorno, promoviendo un mayor control sobre su propia vida y mejorando siempre el estado de salud y bienestar.

La distracción,  evoca mayor grado de participación activa en la sociedad y proporciona la tranquilidad que es antídoto a la angustia que provoca el dolor crónico.

CONCLUSIONES

La actividad física de forma regular en los hábitos diarios en ancianos tiene una relevante trascendencia biopsicosocial, promueve la prevención del dolor osteoarticular y otras patologías en el anciano y ayuda a la rehabilitación de algunas enfermedades. De ello se deriva un mejor nivel de salud y bienestar en el individuo anciano en esta etapa de su vida.

La combinación de un tratamiento no farmacológico con otro farmacológico en el anciano debe tenerse en cuenta por el profesional para un abordaje integral desde el inicio del dolor somático osteoarticular, considerando sus necesidades, conductas y actitudes, ya que disminuye la percepción de la sensación dolorosa y sufrimiento a largo plazo, aumentando el sinergismo de ambos tratamientos con una atención integral y favoreciendo un estilo  vida saludable como principal objetivo.

Peña Revuelta C.(1), Puerta Huertas R.(2)

(1)Grado en Enfermería. (2)Doctor en Ciencias de la Salud por la Universidad de Cantabria. Grado en Enfermería.

Servicio de Enfermería. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV). Santander Cantabria

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