Síndrome de Bertolotti. Dolor lumbar en una adolescente
Resumen
El síndrome de Bertolotti, también llamado megaapófisis transversa, es una anomalía congénita que consiste en vértebras transicionales a nivel lumbosacro, por lo que la última vértebra lumbar L5 se “sacraliza”. Es una de las causas de dolor lumbar crónico, alcanzando el 20% en menores de 30 años, siendo escasos los casos reportados en niños. Se presenta una niña de 14 años con dolor lumbar de 2 meses de evolución con escasa respuesta al tratamiento sintomático. En la radiografía de columna anteroposterior se observa una megaapófisis transversa en L5. La paciente se mantiene en seguimiento por Traumatología con tratamiento analgésico y fisioterápico.
INTRODUCCIÓN
El síndrome de Bertolotti, también llamado megaapófisis transversa, es una anomalía congénita descrita por primera vez en 1917 por Mario Bertolotti1-6. La anomalía consiste en vértebras transicionales a nivel lumbosacro, por lo que la última vértebra lumbar L5 se “sacraliza” (también llamada megaapófisis transversa L5), dando una fusión parcial o completa a nivel de sus apófisis transversas. Esto produce un cambio en la biomecánica del esqueleto axial con artrosis facetaria del lado contralateral, con lumbociatalgia, dolor discogénico o dolor sacroilíaco4. Existe un componente genético en la formación de esta vértebra y las transiciones lumbosacras, con una mayor prevalencia en varones que en mujeres (28,1 vs. 11,1%)7. La “sacralización” L5 es más común en los varones, mientras que las “lumbarizaciones” de S1 son más comunes en las mujeres8. La mayor incidencia de casos familiares sugiere una asociación con los genes 12HOX10/HOX11, de influencia en el patrón axial de las vértebras lumbares y sacras. Las mutaciones en estos genes pueden jugar un papel en la formación de vértebras transicionales lumbosacras9.
Según distintos autores, la prevalencia del síndrome de Bertolotti se encuentra en un 7-20% de la población10,11. Puede ser bilateral o unilateral, produciendo clínica de dolor lumbar progresivo, normalmente tras la segunda década de la vida4. Cuanto más jóvenes son los pacientes más alta es la incidencia, que puede llegar hasta un 20% en menores de 30 años11,12. La mayor parte de los pacientes son asintomáticos, aunque cuando es asimétrica puede generar dolor, originando en diversas estructuras: una neoarticulación del lado afecto, una artrosis en las interapofisiarias posteriores, artrosis facetaría del lado contralateral, dolor en la articulación sacroilíaca, incluso dolor discogénico y lumbociatalgia3,4. Por ello, los síntomas varían considerablemente, desde dolor lumbosacro a dolor sacroilíaco, en glúteos, a nivel inguinal o incluso dolor tipo ciático.
Los pacientes con anomalías transicionales presentan una sobrecarga mecánica a nivel lumbosacro anormal, pudiendo asociar acortamientos musculares del iliopsoas o del cuadrado lumbar, e incluso llegar a comprimir la salida de las raíces nerviosas.
Los factores de riesgo para desarrollar dolor bajo, tales como la edad, el tabaquismo, la predisposición físico-corporal, el perfil psicosocial, las anomalías musculoesqueléticas distales y los puestos ocupacionales deben tener mayor importancia que la presencia aislada de anomalías lumbares5,6.
El diagnóstico del síndrome de Bertolotti se basa en la detección en las pruebas de imagen de una megaapófisis transversa lumbar y la presencia de sintomatología clínica compatible, siendo en ocasiones un hallazgo incidental. La megaapófisis suele ser visible con una radiografía de la columna lumbosacra. En ocasiones, se utiliza la resonancia magnética para detectar posibles problemas asociados, como una hernia discal, edema alrededor de la pseudoartrosis inflamada, etc.12.
De acuerdo con la clasificación de Castellvi de 19841,3,4,13, existirían cuatro tipos de vértebras de transición lumbosacra:
Tipo I: unilateral (Ia) o bilateral (Ib) con procesos transversos displásicos, midiendo al menos 19 mm de ancho (dimensión craneocaudal).
Tipo II: unilateral (IIa) o bilateral (IIb), una lumbarización/sacralización con aumento de la apófisis transversa que forma una diartrosis con el sacro.
Tipo III: unilateral (IIIa) o bilateral (IIIb), una lumbarización/sacralización fusión de la apófisis transversa con fusión completa de proceso transverso (o procesos transversos) con el sacro.
Tipo IV: combinación de un unilateral tipo II con un tipo III en el lado contralateral.
Una vez identificadas dichas variantes, el paciente debe ser informado de la importancia que implica el fortalecimiento y mantenimiento físico de estos segmentos.
Actualmente, el tratamiento para el síndrome de Bertolotti es objeto de debate. No existiendo una recomendación clara ni un tratamiento específico para abordar, desde la fisioterapia, este síndrome.
Mercedes Cemeli Cano a, Paula Vidal Lana a, Eva M.ª Jiménez Pérez a, Mónica López Campos a, Sara Beltrán García a
A Pediatra. CS Valdespartera. Zaragoza. España.
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