Síndrome de Capgras: una revisión breve

RESUMEN

Los  síndromes  de  falsa  identificación, grupo  de  patologías neuropsiquiátricas,  con  las  delusiones  de  falso reconocimiento como denominador común, incluyen, entre otros, al  Síndrome de Capgras, caracterizado por la firme creencia, por parte del paciente, de que una persona cercana a él/ella, generalmente un familiar, ha sido sustituida por un “doble exacto” o “impostor”, describiendo la similitud física entre ambos; en pocos casos, tal creencia se extiende a  animales domésticos e incluso a objetos inanimados. Un alto porcentaje de casos se asocia a un trastorno orgánico cerebral de base, especialmente demencias neurodegenerativas, pero también puede ocurrir en enfermedades psiquiátricas primarias, tales como esquizofrenia y trastornos esquizoafectivos o afectivos. La exploración neurobiológica plantea diferentes hipótesis explicativas del síndrome, entre ellas los modelos de desconexión visuoanatómico de Ellis y Young, de lateralización de Gainotti y de distribución de redes neuronales de Gobbini y Haxby. El falso reconocimiento puede dar lugar a conductas violentas del paciente contra las personas implicadas como supuestos “dobles”, especialmente en casos de pacientes varones, con enfermedad psiquiátrica de fondo (i.e., esquizofrenia paranoide), con antecedentes de consumo de sustancias psicoactivas o presencia concomitante de alucinaciones auditivas imperativas. No existe tratamiento específico para el Síndrome de Capgras, pero ciertamente el cuadro psiquiátrico subyacente debe ser manejado con fármacos antipsicóticos e incluso terapia electroconvulsiva.

INTRODUCCIÓN

Los síndromes de falsa identificación abarcan un grupo de patologías neuropsiquiátricas cuyo común denominador son las delusiones de falso reconocimiento, es decir, delusiones acerca de la identidad de otras personas. La identidad puede ser explicada por un rango amplio de diferentes perspectivas, y ser definida de varias formas: como un estado subjetivo de continuidad a lo largo del tiempo, como una estructura nuclear interna de la personalidad madura, como identificación con un grupo social, como el sentido del self en tanto un centro estable de actos y comportamientos, entre otros (1). Existen cuatro principales variantes del síndrome de falsa identificación delusional: síndrome de Capgras, síndrome de Frégoli, síndrome de dobles subjetivos y síndrome de intermetamorfosis. Aparte de estos cuatro cuadros, hay una miríada de reportes sobre inusuales variantes. Si bien hay diversas propuestas de clasificación, no existe ninguna aceptada por consenso sobre este tópico. En 1981, Christodoulou y Maliana-Loulaki clasificaron estos síndromes en falso reconocimiento delusional positivo y negativo (2,3). En los síndromes de falso reconocimiento delusional positivo, existe un hiperreconocimiento de las personas (personas extrañas son reconocidas como conocidas, al afirmar similitudes que no existen). En los síndromes de falso reconocimiento delusional negativo, existe un hiporreconocimiento de las personas (un conocido es visto como extraño, y se perciben diferencias inexistentes en esta persona, lo que resulta en que se niega su identidad e incluso se afirma que es un impostor) (4). Además, en 1990, Silva y colaboradores clasificaron estos síndromes según la persona cuya identidad es alterada (sí mismo u otras personas), y si la alteración es de carácter físico y/o psicológico (5) (tabla1). Existen múltiples críticas hacia las clasificaciones de los síndromes de falsa identificación. Primero, no hay acuerdos acerca de la definición exacta de los vocablos utilizados en las clasificaciones, como “transformación”, “impostor”, “sustitución”, etc, por lo que la misma palabra puede ser interpretada en diferentes significados. Por otro lado, se utilizan los términos ya mencionados para clasificar la enfermedad, pero no siempre se recoge la verdadera experiencia fenomenológica del paciente, que muchas veces puede ser incomprensible para sí mismo (y aún más difícil le resultará ponerle nombre a tal experiencia), utilizando otras palabras como “reencarnación” o “posesión del cuerpo”. Por lo tanto, las clasificaciones existentes tienen definiciones imprecisas y terminología difusa (6). El síndrome de Capgras fue descrito por primera vez en 1923 en Francia por J. Capgras y ReboulLachaux, quienes acuñaron el término l’illusion des sosies (o la ilusión de los dobles). En el síndrome de Capgras, el paciente cree que una persona cercana a él ha sido sustituida por un “doble exacto” o “impostor” (palabras frecuentemente utilizadas por el mismo paciente); la delusión se basa en el hiporreconocimiento de una persona específica (7). El síndrome de Frégoli, descrito por Courbon y Fail, psiquiatras igualmente franceses en 1927, es un síndrome de hiperidentificación, en el cual el paciente identifica a un presunto perseguidor en cualquier persona de su entorno, extraña o no, pese a que ambos no comparten ninguna semejanza física. El paciente acusa al perseguidor de cambiar constantemente su rostro y apariencia, por lo que este síndrome fue bautizado con el nombre del famoso actor italiano, Leopoldo Fregoli, quien era reconocido por constantemente cambiar de apariencia durante sus presentaciones, y era conocido como “el transformista” (2,8,9). En el síndrome de intermetamorfosis, descrito luego de pocos años, en 1932 por Courbon y Tusques, el paciente cree que la persona ha sufrido una transformación física y psicológica, convirtiéndose en una persona diferente y viceversa; es decir, el paciente cree que dos personas cercanas a él intercambian sus identidades (10). Finalmente, en 1978, Christodoulou describió el síndrome de dobles subjetivos, en el cual el paciente cree que otras personas se han transformado físicamente, pero no psicológicamente, en el propio paciente. Esto lleva a que el paciente crea que existe un doble de sí mismo y lo logra identificar, pero que actúa independientemente de él. Los cuatro síndromes de falsa identificación delusional clásicos, tienen cada uno una variante inversa; en el síndrome de Capgras inverso el paciente cree que él mismo vive como “impostor” en un cuerpo que no es suyo; en el síndrome de Frégoli inverso, el paciente cree que su propia apariencia física sufre cambios radicales; en el síndrome de dobles subjetivos inverso el paciente cree que su propia identidad psicológica ha sido alterada, y en el síndrome de metamorfosis inversa el paciente tiene la creencia de que ambas, su apariencia física e identidad psicológica, han sido alteradas (6,11). El conocimiento de estos síndromes de rara presentación por parte del psiquiatra no solo radica en la riqueza psicopatológica, sino en el manejo de los mismos, debido al alto grado de violencia asociado y la posible patología orgánica subyacente en un porcentaje importante de pacientes que los presentan. Desde un punto de vista académico estos síndromes presentan una oportunidad para el estudio e investigación del origen o correlato biológico de los fenómenos delusivos y las funciones fisiológicas subyacentes al reconocimiento de otros individuos.

Mariella Strobbe-Barbat 1,2,a, Luis Macedo-Orrego 1,b, Lizardo Cruzado 1,2,b.

1 Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”. Lima, Perú.

2 Facultad de Medicina Alberto Hurtado, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.

3 Facultad de Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú. a Médico residente de Psiquiatría ; b Psiquiatra.

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http://www.upch.edu.pe/vrinve/dugic/revistas/index.php/RNP/article/view/3484/3754