Terapia biológica en el adulto mayor con enfermedad inflamatoria intestinal: revisión narrativa
Resumen:
En los últimos años, la población que envejece con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) ha aumentado en incidencia. Se toma un punto de corte para la edad, en la que se define que aquellos ≥60 años se consideran adultos mayores en el contexto de la EII. Los aspectos por destacar y que contribuyen a diferencias significativas en el tratamiento del adulto mayor son la falta de evidencia en la literatura, la poca experiencia del uso de las terapias biológicas en este grupo etario, la extrapolación de la información disponible y la necesidad de incluir la valoración geriátrica integral con la subsecuente identificación y el manejo de los síndromes geriátricos dentro del tratamiento global de la EII. La terapia biológica en la EII del adulto mayor no tiene diferencias respecto al de la población en general en cuanto a indicación; no obstante, prevalece el perfil de seguridad y la eficacia que ofrecen los esquemas terapéuticos sobre el impacto en los dominios que lo acompañan (clínico, funcional, mental y el social).
Introducción
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se caracteriza por ser de distribución etaria bimodal, con dos pico de incidencia: 1) la segunda y tercera décadas de la vida y 2) entre los 50 y los 80 años de edad (1).
El diagnóstico en el adulto mayor es desafiante dado que hay múltiples patologías que pueden ser simuladoras, como por ejemplo la colitis infecciosa, la colitis isquémica, la enfermedad diverticular, la colitis microscópica, la colitis y diarrea inducida por medicamentos, la colitis por radiación o los carcinomas, entre otros (2), sin embargo, la carga de comorbilidad es mayor en aquellos con EII, por lo que el diagnóstico oportuno juega un papel importante en el impacto de calidad de vida de estos pacientes.
Si bien el manejo médico en la población general versus en la población del adulto mayor no presenta diferencias y se ciñe al modelo step-up, se deben resaltar las particularidades que se presentan y que, a su vez, limitan la prescripción de algunos medicamentos disponibles y de amplio uso en la población joven (3).
En la última década, hubo un progreso significativo en el manejo de la EII con el advenimiento de la terapia biológica; sin embargo, el grupo etario en mención presenta limitantes, dadas especialmente por la falta de inclusión de esta población en los ensayos clínicos aleatorizados, así como la falta de experiencia en el uso de estos fármacos y la base de que el manejo se realiza teniendo en cuenta la experiencia y la extrapolación de los datos disponibles en la literatura del adulto joven (4).
Erika Geraldine Guarín Navas
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
Claudia Patricia Zuluaga Serna
Pontificia Universidad Javeriana, Colombia
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