Terapia celular adoptiva para mejorar los efectos del trasplante de progenitores hematopoyéticos

15 de octubre de 2018

Aunque no hay ensayos clínicos randomizados para poder valorar su la eficacia, sí hay series de pacientes que muestran un buen perfil de seguridad y efectividad de esta terapia en pacientes en los que ha fracasado el tratamiento convencional.

La terapia celular adoptiva en el trasplante de progenitores hematopoyéticos consiste en utilizar células del sistema inmune como tratamiento para potenciar el efecto antitumoral, antiinfeccioso o acelerar la reconstitución inmune en un paciente que se ha sometido a un trasplante de progenitores hematopoyéticos. Por el momento, “se trata de un tratamiento experimental en la mayor parte de los casos, ya que se utiliza en el contexto de ensayos clínicos o en pacientes donde han fracasado los tratamientos convencionales frente a infecciones, enfermedad mínima residual o quimerismo mixto postrasplante”, apunta Antonio Pérez Martínezjefe del Servicio de Hemato-Oncología Pediátrica y Trasplante Hematopoyético del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, en el marco del simposio sobre “Nuevas estrategias en Terapia Celular”, celebrado en el LX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y XXXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).

Aún no hay ensayos clínicos randomizados para poder valorar su eficacia; “sin embargo, sí hay series importantes de pacientes, en los que los tratamientos convencionales han fracasado, donde destacan sus perfiles de seguridad y efectividad”, comenta el hematólogo, quien añade que “quedan varios aspectos por perfilar, como son la optimización de la terapia, identificar la dosis adecuada, el tiempo necesario de tratamiento, biomarcadores de respuesta e incorporar nuevas terapias frente a infecciones que, actualmente, no cubren las aproximaciones que se están llevando a cabo”.

Papel de los linfocitos T

Por su parte, la inmunoterapia con linfocitos T es segura y eficaz en ciertas enfermedades hematológicas. “Hay varias plataformas al alcance de los hematólogos, centradas en la capacidad del linfocito T, uno de los componentes de la respuesta inmune adaptativa, para reconocer y tratar el cáncer. La infusión de linfocito del donante (ILD), los linfocitos T antígeno específicos, los checkpoints inmunes, los BiTEs y las células CAR-T son, por el momento, las más efectivas. Para poder seleccionar la apropiada, es esencial comprender los mecanismos de acción, la eficacia, las limitaciones y las toxicidades de cada una de estas estrategias”, explica Juan Montorode la Unidad de Trasplante Hematopoyético del Servicio de Hematología del Hospital La Fe, de Valencia.

El uso terapéutico de los linfocitos T es un campo en expansión y de rápido crecimiento, sobre todo en el seno del trasplante alogénico, que es el que ha servido de modelo en la plataforma de la terapia celular, ya que “probablemente, no existe en medicina un procedimiento más inmunológico que un trasplante alogénico”, detalla este hematólogo, quien destaca que “esto ha sido como consecuencia del entendimiento y manejo de la tres principales complicaciones inmunitarias mediadas a través de alteraciones en los linfocitos T y que son responsables del 80% de las muertes: recaída, enfermedad de injerto contra huésped (EICH) e infecciones”.

Por eso, para combatir estos problemas, se ha tratado de potenciar el efecto beneficioso inmunitario del injerto contra tumor e infección, y favorecer y promover una tolerancia inmunológica a través de varias de las estrategias que hay en marcha.

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