Trasplante de pene exitoso posterior a amputación por gangrena secundaria a una circuncisión ritual
“Este trasplante podría utilizarse como prueba de concepto para casos seleccionados que permitan evaluar el beneficio de la cirugía de reasignación de sexo, la revascularización en la impotencia de origen vascular podría ser revisada, y otras causas de pérdida completa del cuerpo del pene podrían ser abordadas de esta manera en el futuro”, agregan los investigadores.
El Dr. Arthur L. Burnett, de The Johns Hopkins University School of Medicine, en Baltimore, Estados Unidos, quien fue coautor de un editorial acompañante, expresó a Reuters Health por correo electrónico: “El resultado relativamente duradero es impresionante y también resulta alentador que un órgano corporal no esencial, a diferencia del corazón o el hígado, pueda mantenerse siempre y cuando el paciente cumpla con su régimen de inmunosupresión”.
“El trasplante de pene puede ser considerado como un procedimiento de trasplante válido, al igual que el de otros órganos. Esperemos que en el futuro esta perspectiva permita una mayor aceptación del tratamiento para el manejo de las condiciones de pérdida del pene”, dijo.
“Los equipos necesitan una excelente preparación, e incluir una variedad de especialistas que cumplan con diversos requisitos clínicos, psicológicos y éticos, a fin de que el procedimiento tenga éxito”, agregó el Dr. Burnett.
El Dr. Ryan P. Terlecki, director de la Wake Forest Baptist Health’s Men’s Health Clinic, en Winston-Salem, Estados Unidos, manifestó a Reuters Health por correo electrónico: “El alotrasplante de pene es factible, pero no debe tomarse a la ligera. Se requiere de un equipo multidisciplinario que incluya al urólogo, al cirujano plástico, al cirujano vascular y a un equipo de trasplante. El estado psicológico de los candidatos debe ser ampliamente investigado antes de la cirugía, así como los recursos necesarios para las numerosas visitas médicas y para cubrir el costo del tratamiento de inmunosupresión”.
“Como un centro que también está aprobado para esta operación, es importante elegir cuidadosamente a los pacientes, en base al evento previo que los llevó a considerar la necesidad de este procedimiento. La pérdida del pene por cualquier patología benigna es una indicación válida”, continuó el Dr. Terlecki.
“Cuando las noticias de este caso se publicaron en Sudáfrica, nuestros teléfonos comenzaron a sonar con peticiones de muchos hombres que querían un pene más grande o mejores erecciones”, informó el Dr. Terlecki. “La aparición de las erecciones después del trasplante no fue ninguna sorpresa, ya que el paciente posiblemente presentaba erecciones del muñón [de su pene] antes de la cirugía, por lo que la señalización nerviosa se presentaba en una etapa posterior de la anastomosis. Por tanto, esta operación no se espera que pueda permitir la recuperación de la función eréctil de un paciente masculino que la ha perdido debido a una patología relacionada con alguna enfermedad nerviosa o vascular”.
El Dr. Keymanthri Moodley, director del Stellenbosch University’s Center for Medical Ethics and Law, quien no participó en este informe, señaló a Reuters Health que “buscar el consentimiento de las familias de los donadores cuando se trata del pene es una cuestión relevante, en comparación con otros órganos, ya que es una forma de mutilación externa del cadáver”.
“Esto sería de importancia para las culturas que valoran la preservación del cuerpo humano incluso después de la muerte”, señaló el especialista.
En este caso particular, la familia del donador consintió a la donación solo tras ser tranquilizados por el equipo quirúrgico sobre la formación de un falo a partir de un colgajo de piel abdominal, para que por razones estéticas el donante simulara tener un pene, un procedimiento que tomó unos 30 minutos para completar.
El Dr. van der Merwe no respondió a la solicitud de un comentario.
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