Tratamiento actual de la enfermedad por hígado graso no alcohólico

Resumen

La enfermedad por hígado graso no alcohólico es la hepatopatía más prevalente, cercana al 30% de la población general, y se considera será en los siguientes años la indicación más común de trasplante hepático y la etiología más frecuente de carcinoma hepatocelular. El tratamiento actual de la enfermedad por hígado graso no alcohólico se debe basar en las medidas higiénico-dietéticas, que han demostrado ser eficaces incluso para revertir fibrosis. Desafortunadamente, el apego a las medidas generales es muy pobre, de ahí la necesidad de contar con estrategias farmacológicas. Hasta el momento no contamos con tratamientos aprobados por las agencias regulatorias para esta entidad, y los únicos tratamientos recomendados por las sociedades internacionales por tener suficiente evidencia son la pioglitazona y la vitamina E, que no están exentas de efectos adversos. En este artículo revisaremos el estado actual del tratamiento de la enfermedad por hígado graso no alcohólico, incluyendo las medidas higiénico-dietéticas, tratamientos disponibles, fármacos equívocos, tratamientos emergentes, y aquellos que actualmente se encuentran en ensayos clínicos.

Introducción

La enfermedad por hígado graso no alcohólico (NAFLD, por sus siglas en inglés) se define como el depósito de lípidos en más del 5% de los hepatocitos, y representa actualmente la hepatopatía más común, con una prevalencia estimada en un 30%1. La NAFLD comprende 2 fenotipos, la esteatosis hepática (NAFL) y la esteatohepatitis (NASH, por sus siglas en inglés), siendo este de peor pronóstico por tener mayor riesgo de progresión a cirrosis y por tener una asociación más estrecha con desenlaces desfavorables como mortalidad cardiovascular. Se estima que el 20-25% de los pacientes con NAFLD tienen NASH, y que de estos, un 20% progresará a cirrosis2NAFLD es un espectro y los pacientes pueden pasar de tener NAFL a NASH y viceversa, siendo uno de los principales factores involucrados los cambios en el peso3. En promedio la progresión de un estadio de fibrosis a otro en los pacientes con NAFL se da en 14 años mientras que en los pacientes con NASH se da en tan solo 7 años4.

Dada la historia natural de NAFLD, los tratamientos farmacológicos específicos para esta enfermedad se deben centrar en NASH y no en NAFL, ya que en los segundos existe una baja probabilidad de morbimortalidad por hepatopatía5. Actualmente no existe ningún tratamiento aprobado por las agencias regulatorias para NASH, pero cualquier esquema terapéutico debe tener como eje central las medidas higiénico-dietéticas, que han demostrado eficacia incluso para mejorar la fibrosis6. Sin embargo, en un porcentaje importante de los casos, al igual que en pacientes con diabetes o hipertensión, estas resultan ineficaces a largo plazo ya que los pacientes tienen mal apego. Por otro lado, las medidas quirúrgicas también han mostrado ser altamente eficaces pero no representan una alternativa viable para una enfermedad con una prevalencia tan elevada7. Por lo anterior, el tratamiento farmacológico es y será parte medular del manejo de estos pacientes. En esta revisión nos enfocaremos a los tratamientos farmacológicos actuales y futuros, pero mencionaremos por su gran relevancia brevemente la información en cuanto a medidas higiénico-dietéticas.

C. Moctezuma-Velázquez

Division of Gastroenterology (Liver Unit), University of Alberta, Edmonton, Canadá

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