Tratamiento de la cefalea por hipotensión
- netmd
- 16 de julio de 2023
- Neurología
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La cefalea por hipotensión es un tipo de dolor de cabeza que ocurre como resultado de la pérdida de líquido cefalorraquídeo, ya sea por una punción lumbar o debido a un quiste o desgarro en las capas de los tejidos que cubren la médula espinal (meninges). El líquido cefalorraquídeo ayuda a proteger y amortiguar el cerebro, y cuando hay una pérdida de este líquido, la presión alrededor del cerebro disminuye, lo que provoca dolor de cabeza.
La cefalea por hipotensión generalmente ocurre después de una punción lumbar, un procedimiento en el que se extrae líquido cefalorraquídeo a través de una aguja en la parte baja de la espalda. Si el líquido sigue fluyendo después del procedimiento y no se reemplaza lo suficientemente rápido, la presión alrededor del cerebro disminuye y se desarrolla un dolor de cabeza. Este dolor de cabeza puede durar desde unas horas hasta uno o dos días.
Además de la punción lumbar, las cefaleas por hipotensión pueden ocurrir cuando hay un quiste en las meninges o cerca de ellas, o cuando las meninges se desgarran debido a una lesión en la cabeza o la cara. En estos casos, el líquido cefalorraquídeo puede filtrarse o derramarse, lo que resulta en un dolor de cabeza intenso que empeora al estar de pie o sentado y mejora al acostarse.
El diagnóstico de la cefalea por hipotensión se basa en los síntomas y las circunstancias, y en el caso de una punción lumbar, el diagnóstico suele ser evidente. En algunos casos, se pueden realizar pruebas de diagnóstico por imagen, como resonancia magnética nuclear (RMN), para confirmar el diagnóstico.
El tratamiento de la cefalea por hipotensión generalmente implica el uso de analgésicos para el dolor y mantenerse acostado tanto como sea posible. También se pueden administrar líquidos y cafeína para aumentar la producción de líquido cefalorraquídeo. En casos persistentes, se puede realizar un parche sanguíneo epidural, que implica la inyección de una pequeña cantidad de sangre del propio paciente entre la médula espinal y las meninges para retrasar la pérdida de líquido cefalorraquídeo.
En general, la cirugía para reparar la fuga de líquido cefalorraquídeo es rara y se reserva para casos graves y persistentes.