Un estudio INMA investiga patrones cardiometabólicos en la infancia
18/01/2024
En la última década, ha habido un aumento preocupante en la prevalencia de trastornos como la obesidad, la hipertensión, la dislipidemia y la hiperglucemia, los cuales son factores de riesgo clave para las enfermedades cardiovasculares. Estos trastornos tienden a agruparse y aparecer simultáneamente en adultos, incrementando el riesgo de diabetes tipo 2 y otras enfermedades cardiovasculares de manera significativa.
En la etapa infantil, la obesidad ha experimentado un aumento notorio, con evidencias científicas que indican que la obesidad temprana puede persistir hasta la edad adulta. A pesar de estas observaciones, los estudios previos sobre la tendencia de los factores cardiometabólicos a agruparse en la infancia han arrojado resultados diversos.
El nuevo estudio, realizado en la cohorte INMA en Asturias, se propuso explorar la presencia simultánea de múltiples factores de riesgo cardiometabólicos, incluyendo obesidad, hipertensión, dislipidemia e hiperglucemia, a los 4 y 8 años. Se examinaron 332 niños a través de evaluaciones clínicas para evaluar su salud metabólica, mediante la medición de su perímetro de cintura, su presión arterial sistólica y diastólica, sus niveles de glucosa en sangre, y sus niveles de triglicéridos y colesterol de alta y baja densidad en sangre.
Los resultados revelan que, tanto a los 4 como a los 8 años, los patrones más comunes son la ausencia de factores de riesgo y la presencia aislada de obesidad central. A los 8 años, también se observa la presencia aislada de hipertensión. Aunque estos sean los patrones más prevalentes, se observó que la obesidad central tiende a aparecer simultáneamente con otros factores de riesgo en ambas edades, señalando su relevancia en el desarrollo de condiciones cardiometabólicas adicionales.
Un hallazgo significativo es que casi la totalidad de los niños sin factores de riesgo a los 4 años seguían sin presentarlos a los 8 años, sugiriendo que mantener una buena salud cardiometabólica en la infancia puede tener un efecto protector a lo largo del tiempo. Este estudio subraya la importancia de abordar la salud metabólica desde edades tempranas para prevenir riesgos cardiovasculares en el futuro.