Una dieta con más bayas y vino tinto podría ralentizar el Parkinson

JUEVES, 27 de enero de 2022 (HealthDay News) — Quizá el vino tinto sea un placer culpable, pero una investigación reciente muestra que quizá también sea una potente arma contra la desolación de la enfermedad de Parkinson.

¿Por qué? Los antioxidantes del vino tinto, y en frutas como las bayas, de hecho, podrían ralentizar la progresión del trastorno del movimiento, sugiere un estudio reciente.

Según los investigadores, las personas con Parkinson que comen tres o más porciones por semana de alimentos ricos en unos antioxidantes llamados flavonoides podrían reducir sus probabilidades de morir de forma precoz, en comparación con las personas que no comen alimentos ricos en flavonoides.

“Los flavonoides son componentes de la dieta de origen vegetal y que ocurren de forma natural, abundantes en las frutas y las verduras. Nos ofrecen los variados colores de esas plantas”, señaló el investigador sénior, el Dr. Xiang Gao, director del laboratorio de epidemiología nutricional de la Universidad Estatal de Pensilvania, en University Park.

“Adoptar un patrón dietético saludable, rico en frutas y verduras coloridas, incluso tras un diagnóstico de Parkinson, puede ralentizar el progreso de la enfermedad y mejorar la tasa de supervivencia”, añadió.

Aun así, el estudio no puede probar que los flavonoides prolongaran las vidas de los pacientes con Parkinson, sino solo que podría haber una asociación, enfatizó Gao.

“En nuestro estudio anterior, que se publicó en 2012 en la revista Neurology, encontramos que los flavonoides podían prevenir el riesgo de Parkinson en el futuro entre los que no tenían Parkinson al inicio del seguimiento”, apuntó Gao. “El estudio actual provee más evidencias respecto a los efectos neuroprotectores de las frutas y las verduras”.

Los flavonoides que se encuentran en algunas frutas, tés y en el vino tinto, pueden cruzar rápidamente la barrera hematoencefálica y aliviar el estrés oxidativo, la inflamación y la aterosclerosis en el cerebro, lo que podría reducir el impacto del Parkinson, plantearon los investigadores.

En el estudio, Gao y sus colaboradores recolectaron los datos de más de 1,200 personas con enfermedad de Parkinson, con una edad promedio de 72 años, que habían tenido la afección durante un promedio de 33 años. Cada cuatro años, los pacientes respondieron a preguntas sobre su dieta. En específico, se les preguntó con qué frecuencia consumían té, manzanas, bayas, naranjas y jugo de naranja.

Durante el estudio, un 75 por ciento de los pacientes fallecieron. De ellos, 513 murieron de Parkinson, 112 murieron de enfermedades cardiovasculares, y 69 de cánceres.

Aquellos cuyas dietas incluían la mayor cantidad de flavonoides tenían unas probabilidades de supervivencia un 70 por ciento más altas, en comparación con las personas cuyas dietas incluían la menor cantidad de flavonoides, encontraron los investigadores.

La mayor ingesta de flavonoides fue de unos 673 miligramos (mg) al día, y la más baja de unos 134 mg al día. Como referencia, una porción de 100 gramos de fresas contiene unos 180 mg de flavonoides, y las manzanas contienen unos 113.

Comer más alimentos ricos en flavonoides antes de desarrollar el Parkinson se vinculó con un riesgo más bajo de morir entre los hombres, pero no entre las mujeres, anotó Gao. Pero tras el diagnóstico del Parkinson, comer más flavonoides se vinculó con unas mejores tasas de supervivencia en ambos sexos, anotó.

En cuanto a cuáles son los mejores alimentos, los investigadores encontraron que las personas que consumían antocianinas, que se encuentran en el vino tinto y en las bayas, tenían en promedio una tasa de supervivencia un 66 por ciento más alta que las que consumían la cantidad más baja de antocianinas.

En cuanto a los flavan-3-oles, que se encuentran en las manzanas, el té y el vino, los que consumían la mayor cantidad tenían una tasa de supervivencia un 69 por ciento más alta que los que menos consumían.

Aunque no está claro cómo los flavonoides actúan para mejorar la supervivencia en el Parkinson, añadir bayas, manzanas, naranjas y té a la dieta podría ser una forma fácil y con poco riesgo de mejorar los resultados, planteó Gao. Sin embargo, no aconseja a las personas que no beben alcohol que comiencen a hacerlo, pero los que sí lo beben quizá deberían cambiar al vino tinto, sugirió.

El informe se publicó en la edición en línea del 26 de enero de la revista Neurology.

El Dr. Michael Okun, asesor médico nacional de la Parkinson’s Foundation, y director del Instituto de Enfermedades Neurológicas Norman Fixel de la Universidad de Florida, en Gainesville, dijo que añadir de repente flavonoides a la dieta quizá no sea el truco mágico para una vida más larga en los pacientes con Parkinson.

“La naturaleza de los datos de este estudio no se debe interpretar como que las personas con Parkinson vivirán más si de repente cambian su dieta e incluyen a los flavonoides”, advirtió. “Por ejemplo, mezclar el vino tinto y el Parkinson no siempre es seguro, ya que puede conducir a lesiones, en general relacionadas con las caídas”.

Esto no significa que los flavonoides no sean buenos para los pacientes con Parkinson, en incluso podrían tener beneficios específicos para las personas con la enfermedad.

“En general, los flavonoides son magníficos para la salud, y este estudio amplía la literatura colectiva que respalda un rol potencial en la enfermedad de Parkinson”, añadió Okun.

https://consumer.healthday.com/1-27-more-berries-red-wine-in-diet-might-slow-parkinson-s-2656491204.html