Uso de corticoides antenatales en prematuros tardíos: una revisión de la literatura

Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define parto prematuro como el nacimiento que ocurre antes de la semana 37 de gestación. A su vez, estos partos pueden subclasificarse en prematuros tempranos y tardíos. Los tardíos son aquellos que nacen entre la semana 34 y 36+6 de gestación (1).

A nivel mundial se estima que un 9,6% de los partos son prematuros, siendo aproximadamente un 70% de estos, prematuros tardíos (2,3). En Chile, se ha observado un aumento de los partos prematuros, desde un 6,2% en 1991 a 8,6% en 2017, fenómeno explicado principalmente por los cambios demográficos del país y el aumento de la edad materna (4,5). A su vez, según el anuario de estadísticas vitales del 2017, del total de partos prematuros, sólo un 15,9% son extremos.

El uso de corticoides antenatales en embarazos con riesgo de parto prematuro, se ha convertido en uno de los mayores avances en perinatología en los últimos años, ya que ha demostrado claramente disminuir el riesgo de morbimortalidad en los recién nacidos (RN) prematuros al acelerar la maduración pulmonar y reducir la incidencia de síndrome de distrés respiratorio (SDR) (6,7), debido a que inducen la maduración de los neumocitos tipo II, estimulan la síntesis y liberación de surfactante e induce la expresión génica de canales de sodio epiteliales en la vía aérea (8).

Por otro lado, aumentan la actividad antioxidante y reducen la producción de citoquinas proinflamatorias, lo que también contribuiría a promover la madurez pulmonar (9). Es por lo anterior, que numerosas guías clínicas apoyan su uso, constituyendo actualmente una práctica ampliamente utilizada en el caso de embarazos menores de 34 semanas con riesgo de parto prematuro en los próximos 7 días (1,10). Sin embargo, su uso no está exento de riesgos, siendo el principal el aumento de la hipoglicemia neonatal (11, 12, 13)
La relación del riesgo versus el beneficio del uso de corticoides en prematuros tardíos está menos dilucidada. En este grupo, la morbilidad respiratoria asociada al parto prematuro es usualmente menos severa, pero igualmente están expuestos a la posibilidad de presentar esta patología. Por otro lado, el uso de corticoides se asocia a riesgos al igual que en los demás pacientes. (11). Por esta razón, el objetivo de nuestra revisión es realizar una revisión de la literatura actual con respecto al uso de corticoides en estos pacientes.

Riesgos asociados a prematuros tardíos vs. de término

Un estudio prospectivo del 2009 realizado en el hospital de la universidad de Aga Khan de Pakistán, incluyó 652 recién nacidos (326 prematuros tardíos y 326 de término) a los que se siguió por un año. Dicho estudio comparó la aparición de complicaciones neonatales entre ambos grupos, concluyendo que el síndrome de distrés respiratorio fue 55 veces más frecuente en el grupo de los prematuros, el retraso en el crecimiento 6,2 veces mayor, la hiperbilirrubinemia con necesidad de fototerapia 3,4 veces mayor y sepsis 16,3 veces mayor (14). Otro estudio retrospectivo que se llevó a cabo en el centro médico Chang Gung, Taiwán, abarcó todos los nacidos vivos (7998) en un periodo de 2 años desde 2008 a 2009, de los cuales 6507 fueron de término y 914 prematuros tardíos (11,4%). Se observó que, comparado con los RN de término, los prematuros tardíos presentaron más frecuentemente complicaciones neonatales como síndrome de distrés respiratorio (2,6% vs 0,02%), distrés respiratorio de otra etiología (16% vs 2%), hiperbilirrubinemia con necesidad de fototerapia (14% vs 3%), además de una tasa de ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales significativamente mayor (15).

Por otro lado, los RN prematuros tienen mayor riesgo de hipoglicemia en comparación a los RN de término, observándose este aumento del riesgo también en los prematuros tardíos (11). El estudio The sugar babies mostró un 54% de hipoglicemia en prematuros tardíos, definida como una concentración de glucosa en sangre <47 mg/dL (12). Estos resultados siguen la línea del estudio prospectivo LAMBS, que mostró un aumento en la incidencia de hipoglicemia severa (definida como concentración de glucosa en sangre < 40 mg/dL) en prematuros tardíos en comparación con RN de término (5.7% vs 0.9% respectivamente) (13).

En relación con lo anterior, la evidencia apunta hacia la asociación entre hipoglicemia neonatal y el deterioro del neurodesarrollo a largo plazo, que estaría posiblemente explicado por la neuroglucopenia en una etapa donde la actividad metabólica cerebral es particularmente elevada (11), sin embargo, esta asociación sería más evidente cuando las hipoglicemias son sintomáticas.

Catalina Alcalde Cornejo1 Antonia Bayo Burgos1, Ignacio Lillo Cabrera1,2, Scarlett Brethauer Meier3

1 Interno de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Chile

2 Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Santiago, Chile.

3 Neonatóloga, Hospital San José, Instructor Adjunto Facultad de Medicina, Universidad de Chile.

Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:

http://www.revistapediatria.cl/volumenes/2022/vol19num2_num3/4.html