Uso de ultrasonido en fístulas arteriovenosas de difícil canulación en hemodiálisis

Resumen

El acceso vascular en hemodiálisis constituye uno de los pilares de éxito del programa. Por tanto, los esfuerzos se deben encaminar a lograr en primera instancia el mayor número de accesos vasculares tipo fístulas Arterio-venosas, y en segundo lugar a disminuir las complicaciones relacionadas con la canulación del acceso para preservar fimcionalmente el mismo.

Se han descrito varias estrategias para mejorar este último aspecto; en el presente artículo se describe el uso del ultrasonido para mejorar la probabilidad de canulación exitosa en casos considerados como difíciles por parte del equipo de enfermería.

Presentación de los casos

Se presentan tres pacientes a quienes se le construyó FAV nativas; uno tuvo FAV humero basílica (fístula HB) (figura 1), otro tuvo FAV humero cefálica (fístula HC), (figura 2) y el otro tuvo FAV radiocefálica (figura 3); todos llevaban entre 7 y 10 semanas de maduración. La primera FAV, por su profundidad, no era fácilmente canulable y las dos últimas, por sus trayectos, no eran visibles, además el trill se auscultaba muy disminuido y tampoco eran fácilmente canulables. Dadas las características de los casos, se decidió usar guía ecográfica para facilitar la canulación de las FAV nativas, para lo que se usó un equipo ultrasonido portátil marca Mindray DP 10 (figura 4).

Es importante resaltar que tanto el personal médico como el de enfermería deben tener conocimiento de la anatomía de los vasos del miembro superior y el tipo de fístulas nativas que se pueden presentar en esta extremidad, los cuales se muestran en las Figura 5 y 6.

Para casos como el del paciente 1, con FAV humero basílica, este tipo de fístulas es la segunda opción para la realización de una FAV cuando la anatomía del sujeto no permite realizar una de estas en la muñeca7. Son técnicamente sencillas, tienen una tasa de fracaso baja y, por lo general, necesitan una segunda cirugía que precisa superfícialización del trayecto venoso. Además, tienen diversos diseños según sea la configuración de las venas del paciente.

En el paciente 2, con fístula arteriovenosa humero cefálica, que llevaba 4 meses de construida y en el que, a pesar de este tiempo, la FAV nativa no había logrado una dilatación visible para poder ser canulada por su profundidad, al realizar la ecografía se observó que estaba a una profundidad de 1,03 cm, algo muy inusual en este tipo de fístula donde el trayecto cefálico es muy superficial. En ocasiones estas situaciones podrían sugerir o considerarse un fracaso de la maduración, el cual es un problema importante. De este modo, se define la falla temprana como una FAV que no se puede utilizar para diálisis o que falla dentro de los 3 meses de uso8 ,9, y que además no correspondía a la situación de este paciente, ya que por ecografía se pudo visualizar un adecuado trayecto y diámetro de la vena. Por lo general, la FAV que no ha podido madurar tiene un problema anatómico de algún tipo que puede identificarse mediante un examen físico y confirmarse a través de imágenes.

Ignacio Villanueva Bendek1, Mauricio Ruiz1, Lia Vega1

1Unidad Renal DaVita, Bogotá, Colombia

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