Vitamina C como antioxidante en el manejo del SARS-CoV-2

Resumen

La situación actual de la pandemia generada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, por su morbimortalidad, ha hecho que la comunidad científica esté implementando diferentes estrategias de tratamientos para su manejo. Es el caso de la vitamina C, principal antioxidante no enzimático en el plasma (1), la cual se ha usado para la prevención de infecciones respiratorias y para el tratamiento de la sepsis en pacientes críticos. El presente artículo pretende revisar la evidencia en torno al papel de la vitamina C como posible coadyuvante en el manejo de pacientes con infección por SARS-CoV-2.

Introducción

En la sepsis se generan especies reactivas de oxígeno y de nitrógeno, que conducen a la activación de los factores de transcripción que inducen la oxidación, como las citocinas y las quimiocinas proinflamatorias (2). Esto causa daño endotelial, permeabilidad vascular, activación de neutrófilos y adhesión plaquetaria en la microvasculatura (3). En pacientes críticos se ha documentado la depleción de los niveles de séricos de vitamina C y existe una correlación inversa con la falla multiorgánica (4) y directa con las tasas de supervivencia (5).

Son claros los múltiples mecanismos de lesión tisular por sepsis, aunque no hay un tratamiento más allá del manejo antibiótico y de sostén. Existe evidencia reciente del uso de la vitamina C como un tratamiento adicional en sepsis y en infección respiratoria. Por lo anterior, dada la infección por COVID-19, se ha planteado el uso de vitamina C.

Infección por COVID-19 en el pulmón

En la infección por COVID-19 se ha evidenciado un daño alveolar difuso, asociado a una hiperplasia de células epiteliales pulmonares y macrófagos activados alveolares e intersticiales. También se ha documentado un retraso de la respuesta del interferón (IFN) tipo 1, que genera un aumento de los macrófagos inflamatorios patogénicos y de la apoptosis de células T. Estos macrófagos activados y las células T efectoras tienen una tasa de glucólisis alta, que es llamada efecto Warburg. Esto produce disociación de la enzima gliceraldehído-3-fosfato deshidrogenasa (GAPDH) con el ARNm del interferón gamma (IFN-γ), que induce activación de las células T y que, en situaciones normales, se une al ARNm del IFN-γ, inhibiendo su traducción. Adicionalmente, Los macrófagos activados producen grandes cantidades de lactato, el cual es ingresado a las células epiteliales alveolares tipo II por el transportador MCT1 y esto, a su vez, atenúa la respuesta inmunitaria innata por la disminución de la producción de IFN tipo I para el aclaramiento viral (6).

Vitamina C: farmacología

La vitamina C o L-ácido ascórbico es una vitamina hidrosoluble, cofactor esencial de diversas reacciones enzimáticas que median funciones biológicas esenciales. También es considerada un potente antioxidante, con propiedades antiinflamatoria y antimicrobiana. Es encontrada en frutas cítricas, pimentón verde, brócoli, fresa y papas, no es sintetizada por el humano y debe ser adquirida a través de la dieta (7).Se absorbe en las células del epitelio del intestino delgado, a través del transportador de vitamina C dependiente de sodio (SVCT1). También en la membrana apical del epitelio intestinal, una forma oxidada de la vitamina C, el ácido dehidroascórbico (DHA), es transportada hacia el interior de la célula por el glucotransportador 2 (GLUT2) y el GLUT8. Luego de la absorción intestinal, la vitamina C se distribuye en la sangre y en los compartimentos extracelulares, y, a través del transportador SVCT2, es utilizada por los diferentes tejidos del cuerpo. Finalmente, la vitamina C es filtrada libremente por el riñón y reabsorbida por el SVCT1 en el túbulo contorneada proximal. La biodisponibilidad de la vitamina C, por vía oral, alcanza el 100% con una única dosis de 200 mg, aunque solo alcanza el 33% con una dosis oral de 1250 mg. Esto sucede porque en el intestino, la proteína del SVCT1 es saturable. Para saltar el paso intestinal del SVCT1, se ha administrado vitamina C intravenosa (IV), lográndose concentraciones 70 veces más elevadas en plasma, comparadas con las alcanzadas con la administración oral (2).

Mejía L1 , Alvarado A1

1. Endocrinóloga, EPS Sánitas. Miembro de número, Asociación Colombiana de Endocrinología, Bogotá, Colombia. 

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http://revistaendocrino.org/index.php/rcedm/article/view/593/781