Abordajes artroscópicos posteriores en cirugía de rodilla

Resumen: 

La artroscopia de rodilla es el procedimiento quirúrgico más realizado en cirugía ortopédica y traumatología. La gran mayoría se realizan utilizando exclusivamente los portales estándar anteromedial y anterolateral, que no permiten observar la totalidad de la articulación, dando lugar a una exploración incompleta con un riesgo evidente de diagnósticos erróneos. Varios procedimientos artroscópicos de rodilla necesitan de un adecuado abordaje a los compartimentos posteriores.

Se describe la realización del acceso transescotadura, la creación de los portales posteromedial y posterolateral, así como la realización de un abordaje transeptal.

Es esencial poder realizar un correcto diagnóstico de las patologías intrarticulares, obteniendo un acceso a la totalidad de la articulación mediante el uso sistemático de la exploración transescotadura de los compartimentos posteriores y la creación de portales posteriores en los casos necesarios. El abordaje transeptal ofrece una visión completa de la parte posterior de la rodilla. Las complicaciones asociadas a los accesos artroscópicos posteriores a la rodilla son bajas.

Introducción

La artroscopia de rodilla es el procedimiento quirúrgico más realizado en cirugía ortopédica y traumatología(1,2). La gran mayoría de estos procedimientos se realizan utilizando exclusivamente los portales estándar anteromedial (AM) y anterolateral (AL), que no permiten observar la totalidad de la articulación, definiéndose así una serie de “puntos ciegos”. Esto va a dar lugar a una exploración incompleta de la rodilla con un riesgo evidente de diagnósticos erróneos.

Incluso en las ocasiones donde se realiza una liberación percutánea del LCM(3,4) para aumentar la visión posteromedial (PM) hay zonas de la periferia del menisco interno que siguen sin ser accesibles desde los portales anteriores(5). Utilizando una óptica de 70° desde un portal transrotuliano, la “zona ciega” PM llega hasta el 39% de la unión menisco-capsular(6). Añadiendo el paso a través de la escotadura, hasta un 21,5% de la periferia menisco-capsular medial queda oculta a la visión incluso combinando ópticas de 30° y 70°(7). Este porcentaje se ve reducido a un 8,4% añadiendo la visión desde el portal PM con una óptica de 30°(6). Estudios más recientes demuestran una visión del 100% de articulación mediante la creación del portal transeptal(8).

El interés actual por patrones específicos de roturas meniscales periféricas hace que sea esencial tener un buen acceso posterior. La sensibilidad de la resonancia magnética (RM) para diagnosticar las lesiones de la rampa posterior del menisco interno es del 23%(9). Su diagnóstico debe ser, por tanto, artroscópico, con visión directa de la parte más posterior del menisco interno(10). Si bien Sonnery-Cottet y cols. recomiendan la realización sistemática de un portal PM para la correcta valoración de las lesiones de la rampa posterior del menisco interno, encontrando un 17% de lesiones ocultas(11), para Malatray y cols. el 100% de estas lesiones se diagnosticaron desde una visión transescotadura(12).

No solo la visualización de los meniscos está comprometida con el uso aislado de portales anteriores; un 80% de la superficie condral de los cóndilos posteriores no es adecuadamente observada en rangos de flexión de 90° a 120°(13).

Es difícil conocer la frecuencia con la que se utilizan portales posteriores, pero algunos ­trabajos encuentran una necesidad de utilizar estos portales en el 18,5% de las artroscopias de rodilla y en el 22% de las roturas de ligamento cruzado anterior (LCA)(5).

Las indicaciones en las que puede ser necesario emplear portales posteriores son muchas. En ocasiones, puede evitar la realización de un abordaje posterior abierto que, además de la mayor agresión quirúrgica, puede ofrecer una visión más limitada que la artroscopia. Así, el abordaje artroscópico de los compartimentos posteriores ha sido utilizado para la sinovectomía(14), meniscectomía(15), reparación de raíces posteriores de los meniscos(16), reparaciones de la rampa posterior del menisco interno(17), reconstrucción del ligamento cruzado posterior (LCP)(18), fijación de una fractura-avulsión tibial del LCP,(19), capsulotomía posterior en casos de artrofibrosis(20), extracción de cuerpos libres intraarticulares(21), sinovitis villonodular(22), reconstrucción del LCA(23), condromatosis sinovial(24) y resección de quistes y gangliones posteriores(25). Además de estas indicaciones publicadas, recomendamos la realización sistemática de portales posteriores en el tratamiento artroscópico de las artritis sépticas de rodilla para un adecuado desbridamiento y lavado de los compartimentos posteriores (Figura 1).

Virginia Herrero Sierra

Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda. Madrid

Cristina Ávila López

Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda. Madrid

Pablo Crespo Hernández

Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
Hospital Universitario HM-Sanchinarro. Madrid

Diego García-Germán Vázquez

Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Central de la Cruz Roja San José y Santa Adela. Madrid
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda. Majadahonda. Madrid
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario HM Torrelodones. Universidad San Pablo CEU. Torrelodones. Madrid
Clínica DKF. Madrid

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https://fondoscience.com/reaca/vol26-fasc2-num66/fs1901001-abordajes-artroscopicos-posteriores-en-cirugia-de-rodilla