Comportamiento clínico y secuelas de la Covid-19 en niños
- netmd
- 5 de octubre de 2022
- Neumonología
- Artículos
- 0 Comments
Resumen
La COVID 19 es una enfermedad que, habitualmente, no resulta grave en la edad pediátrica, excepto en niños con comorbilidades significativas subyacentes. Es muy importante reconocer los cuadros post COVID, como el síndrome inflamatorio multisistémico (SIM-C) y la COVID-19 prolongada o long COVID que pueden afectar de manera significativa a la población de niños y adolescentes. La pandemia COVID-19 también ha tenido un fuerte impacto en los aspectos sociales, emocionales y nutricionales. El aislamiento prolongado impactó en los controles de salud de niños y adolescentes con enfermedades crónicas y las coberturas de las vacunas de calendario disminuyeron significativamente. Es claro que la vacunación contra el SARSCov-2 en niños, niñas y adolescentes no sólo busca cuidar de su salud; también busca preservar la vida social y presencialidad escolar, reducir el riesgo de los cuadros post COVID-19 y mejorar la inmunidad de rebaño de la población general.
COMPORTAMIENTO DE LA COVID-19 EN LA POBLACIÓN PEDIÁTRICA
La enfermedad producida por el SARS-CoV2 que ha producido a finales de noviembre 2021 un total de 261,075,046 millones de casos y 5,195,138 de muertes en el mundo, tiene algunas características particulares en la edad pediátrica (1).Es bien conocido que los niños sanos padecen una enfermedad menos grave que los adultos, pero a medida que el número de niños afectados aumenta, también aumenta el número de casos graves que requieren internación y de fallecidos, especialmente entre los niños con enfermedades crónicas severas de base. Buscando homologar criterios, podemos enunciar las características de los cuadros clínicos vinculados con la COVID-19 (2) en la población pediátrica:
Infección asintomática (infección silente): ocurre en niños con prueba positiva para SARS-CoV-2, sin síntomas clínicos sistémicos o respiratorios y si alteraciones radiológicas.
Enfermedad leve: se caracteriza por producir en los niños únicamente síntomas de compromiso de la vía aérea superior.
Enfermedad característica: los niños que presentan síntomas y cumplen con la definición de caso de COVID-19 tienen: síntomas inespecíficos: fiebre, fatiga, tos, odinofagia, malestar general, dolores musculares, congestión nasal, cefalea y menos frecuentemente disnea. Y síntomas gastrointestinales: diarrea, náuseas y vómitos, más frecuentes en menores de 5 años. La mayoría de los niños con esta sintomatología se recupera en una a dos semana.
Enfermedad moderada: se expresa como neumonía en niños y adolescentes, que habitualmente no presentan requerimientos de oxígeno.
Enfermedad grave: se caracteriza por una serie de hallazgos clínicos y de laboratorio (3) que se detallan en la tabla 1. Los factores de riesgo asociados a la severidad de la enfermedad fueron: la edad (menor de 3 meses), cardiopatía congénita, enfermedad pulmonar crónica, inmunosupresión, enfermedad oncológica, malnutrición y enfermedad neurológica previa. En un estudio multicéntrico (4) que recopiló los datos de 19 centros pediátricos de referencia en Argentina, se evidenciaron las siguientes características clínicas y epidemiológicas sobre 2690 casos confirmados de COVID-19 durante el primer año de la pandemia.
Elizabeth Bogdanowicz
Médica Infectóloga Pediatra . Hospital de Clínicas José de San Martín. Facultad de Medicina. Universidad de Buenos Aires. Sociedad Argentina de Pediatría.
Para descargar la investigación completa haga clik a continuación:
https://www.neumologia-pediatrica.cl/index.php/NP/article/view/475/436