Incluso una cirugía no cardiaca podría provocar daño miocárdico
- netmd
- 16 de enero de 2018
- Cardiología
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Incluso una cirugía no cardiaca podría provocar daño miocárdico
Daño cardiaco más sutil que pueden producirse durante o poco después de cualquier tipo de cirugía.
Las personas mayores habitualmente sufren daños en las células cardiacas durante varios tipos de cirugía, incluyendo las que no están relacionadas con el corazón, y esto puede aumentar significativamente su riesgo de fallecer a causa de la operación, según un estudio reciente.
La investigación observó un fenómeno llamado lesión miocárdica perioperatoria. Se refiere a un daño cardiaco más sutil que pueden producirse durante o poco después de cualquier tipo de cirugía.
Los pacientes con una edad avanzada que ya tengan una enfermedad cardiaca tienen un riesgo mayor.
Pero la afección se pasa por alto fácilmente, porque la mayoría de los pacientes afectados no sienten dolor de pecho ni otros síntomas, según el Dr. Christian Puelacher, el primer autor del nuevo estudio. Puelacher es investigador clínico en el Instituto de Investigación Cardiovascular de Basilea, en Suiza.
El equipo de Puelacher encontró que la lesión miocárdica perioperatoria podría producirse con más frecuencia de la que los médicos han pensado en general: De los más de 2,000 pacientes de alto riesgo que evaluaron, 1 de cada 7 desarrollaron una lesión miocárdica perioperatoria después de una cirugía no cardiaca, encontró el estudio.
“Esto sugiere que hemos subestimado la cantidad de lesiones miocárdicas [del corazón] que se producen durante una cirugía no cardiaca”, dijo el Dr. Alistair Phillips, copresidente del consejo de liderazgo de la sección de cirugía del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).
Se observaron esos casos porque a todos los pacientes (tratados en el Hospital Universitario de Basilea, en Suiza) se les realizaron las pruebas de la lesión miocárdica perioperatoria con un análisis de sangre más reciente: una prueba de la troponina “de alta sensibilidad”, que detecta los aumentos de la proteína troponina en el corazón.
Cuando los niveles de troponina aumentan, es una señal de daño cardiaco, explicó Phillips.
Las pruebas de troponina de alta sensibilidad se han usado en Europa y en otros lugares durante varios años, pero están disponibles en Estados Unidos solo hace poco. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó la primera prueba de este tipo a principios de este año.
Phillips, que no participó en el estudio, dijo que a medida que dicha prueba esté más disponible, los médicos podrán manejar mejor a los pacientes que desarrollen una lesión miocárdica perioperatoria.
Los hallazgos se basan en más de 2,000 pacientes que se sometieron a procedimientos no cardiacos que variaban desde la cirugía de rodilla y la de próstata, hasta reemplazos de cadera y extirpación de la vesícula biliar.
Se midieron los niveles de troponina de todos los pacientes antes y después de la cirugía porque se consideraba que tenían un alto riesgo de lesión miocárdica perioperatoria. Tenían más de 65 años de edad o tenían antecedentes de enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular o enfermedad de las arterias periféricas (obstrucciones en las arterias de las piernas).
En general, 1 de cada 7 desarrollaron una lesión miocárdica perioperatoria. Y esos pacientes tenían una tasa de mortalidad 6 veces más alta en los 30 días posteriores a la cirugía: el 9 por ciento fallecieron, frente a solo el 1.5 de los pacientes sin una lesión miocárdica perioperatoria.
El estudio encontró que la mayoría de las veces los pacientes no presentaron señales que indicaran que hubiera daño cardiaco. Solo el 6 por ciento presentaban un dolor de pecho, mientras que el 18 por ciento presentaban algún síntoma que indicaba que el flujo de sangre y oxígeno al corazón estaba alterado.
Según Puelacher, los hallazgos ofrecen algunas “primeras pistas” de que una evaluación sistemática de la lesión miocárdica perioperatoria podría ser beneficiosa para los pacientes.
No hay un único tratamiento en particular para la lesión miocárdica perioperatoria. “Las intervenciones deben ser personalizadas”, dijo Puelacher. “La lesión miocárdica perioperatoria puede tener un rango de causas y se debe escoger la estrategia de intervención de forma adecuada”.
Esto podría implicar fármacos, dijo Phillips, por ejemplo usar un bloqueador beta a fin de controlar la tasa cardiaca, o recetarle una estatina.
Los médicos también podrían evaluar la presencia de una enfermedad cardiaca coronaria (obstrucción de las arterias cardiacas) en los pacientes a los que nunca se la han diagnosticado, dijo Puelacher.
Nadie está diciendo que los pacientes con una edad avanzada, o los que tengan una enfermedad cardiaca, deberían evitar una cirugía necesaria.
Según Phillips, el mensaje es positivo, en lugar de “alarmante”.
“Ahora tenemos una nueva herramienta que debería ayudarnos a evaluar mejor a los pacientes después de la cirugía”, dijo.
La investigación no aborda la cuestión de si algunos pacientes deberían evitar un procedimiento electivo en primer lugar, según Puelacher.
Todos los pacientes del estudio, apuntó, fueron declarados aptos para la cirugía después de una evaluación exhaustiva.
“La evaluación preoperatoria normalmente se realiza de forma muy exhaustiva en la práctica clínica rutinaria, y se toman en cuenta los riesgos, como la enfermedad cardiaca”, dijo Puelacher.
“Nuestros datos”, añadió, “sugieren una opción [para] mejorar la atención médica y los resultados después de realizar una cirugía”.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición en línea del 4 de diciembre de la revista Circulation.
FUENTES: Christian Puelacher, M.D., Ph.D., clinical researcher, Cardiovascular Research Institute Basel, Switzerland; Alistair Phillips, M.D., co-chair, Surgeons’ Section Leadership Council, American College of Cardiology, Washington, D.C.; Dec. 4, 2017, Circulation
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=91820