Inflamación de placa aterosclerótica contribuiría a que hígado graso progrese a fibrosis hepática
- netmd
- 11 de septiembre de 2018
- Gastroenterologia
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2 de agosto de 2018
La creciente epidemia de obesidad en el mundo está relacionada con un amplio espectro de dolencias que incluyen la aterosclerosis y la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA). Cada condición puede progresar de pequeños depósitos de grasa hasta inflamación localizada del tejido que es potencialmente peligrosa. Por ejemplo, en las paredes arteriales de los vasos inflamados, las placas ateroscleróticas son propensas a la ruptura (trombosis) para formar coágulos de sangre que pueden causar accidentes cerebrovasculares o ataques cardíacos que amenazan la vida.
Ahora, un nuevo estudio arroja luz sobre los efectos a largo plazo de las placas altamente inflamadas en la progresión hacia la fibrosis hepática.
“En el pasado, la investigación se centraba en afecciones particulares de la vasculatura o el hígado, pero la contribución de los efectos sistémicos crónicos y la comunicación entre órganos a la patogénesis de ambas enfermedades, y en particular a la enfermedad hepática, no se habían estudiado“, explicó el doctor y autor correspondiente James Hamilton, profesor de fisiología y biofísica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston (BUSM) y profesor de ingeniería biomédica en la Universidad de Boston.
Los investigadores hallaron que las placas vasculares inflamadas avanzadas se asociaron con enfermedad hepática progresiva. Según Hamilton, estas observaciones respaldan la visión general emergente de que la inflamación crónica no resuelta puede conferir efectos sistémicos que conducen a afecciones secundarias, como diabetes, artritis reumatoide, colitis, cáncer y enfermedad de Alzheimer.
“La buena noticia de nuestro estudio que muestra esta relación inflamatoria entre enfermedad vascular y hepática es que la naturaleza sistémica de estas enfermedades también presenta un enfoque terapéutico valioso, incluido el tratamiento con moléculas naturales que reducen la inflamación sin efectos secundarios indeseados“, destacó.
Hamilton y sus colegas actualmente están probando el suministro oral de moléculas producidas naturalmente en el cuerpo a partir de ácidos grasos omega-3 como DHA y EPA encontrados en aceites de pescado, que han demostrado ser efectivos en el tratamiento de la inflamación periodontal y la inflamación de la placa aterosclerótica.
Los resultados se publicaron recientemente en la revista Journal of Translational Medicine.