La exposición a antibióticos en edad temprana podría alterar el desarrollo del cerebro
19-07-2021
La penicilina y otros medicamentos relacionados como ampicilina y amoxicilina son los antibióticos más utilizados en niños en todo el mundo.
La exposición a antibióticos en una etapa temprana de la vida podría alterar el desarrollo del cerebro humano en áreas responsables de las funciones cognitivas y emocionales, según una investigación difundida por la Universidad de Rutgers (New Jersey, EEUU).
El estudio, publicado en la revista ´iScience´, sugiere que la penicilina cambia el microbioma – los billones de microorganismos beneficiosos que viven en y sobre el organismo – así como la expresión genética, que permite que las células respondan a su entorno cambiante, en áreas clave de el cerebro en desarrollo. Teniendo en cuenta que la penicilina y medicamentos relacionados como ampicilina y amoxicilina son los antibióticos más utilizados en niños en todo el mundo, los hallazgos apuntan a que reducir el uso generalizado de estos fármacos o utilizar alternativas cuando sea posible para prevenir problemas de desarrollo neurológico.
“Nuestro trabajo anterior ha demostrado que exponer animales jóvenes a antibióticos cambia su metabolismo e inmunidad. El tercer desarrollo importante en la vida temprana involucra al cerebro. Este estudio es preliminar, pero muestra una correlación entre la alteración del microbioma y los cambios en el cerebro que deberían explorarse más a fondo “, según el autor principal Martin Blaser, director del Centro de Biotecnología y Medicina Avanzadas de Rutgers.
Eje intestino-cerebro
El estudio comparó ratones que estuvieron expuestos a dosis bajas de penicilina en el útero o inmediatamente después del nacimiento con aquellos que no estuvieron expuestos. Descubrieron que los ratones que recibieron penicilina experimentaron cambios sustanciales en su microbiota intestinal y habían alterado la expresión génica en la corteza frontal y la amígdala, dos áreas clave del cerebro responsables del desarrollo de la memoria, así como del miedo y las respuestas al estrés.
La evidencia vincula los fenómenos en el tracto intestinal con la señalización al cerebro, un campo de estudio conocido como el “eje intestino-cerebro”. Si esta vía se altera, puede provocar una alteración permanente de la estructura y función del cerebro y posiblemente conducir a trastornos neuropsiquiátricos o neurodegenerativos en la infancia o la edad adulta.
“En las últimas décadas, ha habido un aumento en la incidencia de trastornos del desarrollo neurológico infantil, incluido el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de atención / hiperactividad y las discapacidades del aprendizaje. Aunque es probable que el aumento de la conciencia y el diagnóstico sean factores contribuyentes, las alteraciones en la expresión de genes cerebrales al principio del desarrollo también podrían ser responsables “, señaló Blaser.
Los autores concluyeron que se necesitan estudios futuros para determinar si los antibióticos afectan directamente el desarrollo del cerebro o si las moléculas del microbioma que viajan a este alteran la actividad genética y causan déficits cognitivos.